Finalmente y porque sé que todos lo estaban esperando, he decidido escribir ALGO sobre la encuesta que pueden ver a su derecha. Imagino que, debido a la larga espera, más de uno se habrá preguntado con qué fin se realizó y algún otro, más bien habrá comentado a mis espaldas su carácter inútil y poco representativo. Bueno, todos ustedes: muéranse.
Para los demás que todavía no han removido el plazo fijo de confianza depositado en mí, les cuento que, lejos de ser trivial, esta encuesta tiene pretensiones realmente sorprendentes. Si bien es poco probable que las alcance, nunca está de más estar bien predispuestos.
Metámonos en tema. Ya Bourdieu hace mucho tiempo decía que
el gusto era un delator.Pero... ¿delator de qué?
Antes de contestar esta pregunta, debemos resaltar lo que está primero y es indiscutible: el 59% de las sardinas encuestadas, han elegido por orden de preferencia las medialunas de manteca, en detrimento de las de grasa (las cuales alcanzaron un 41%)
Para todos los que calificaron esta consulta como "una pelotudez" y que todavía no siguieron mi consejo, les cuento que no sólo me conformé con encuestar a las sardinas que visitan el blog, si no que me tomé el trabajo de preguntar en unas cuantas panaderías lo siguiente: ¿Qué medialunas salen más: las de manteca o las de grasa? En TODOS los casos, respondieron con la primera opción. Este dato aumentaría considerablemente el porcentaje a favor de 'las de manteca' y dejaría bastante atrás a nuestras amigas más delgadas. Interesante.
Dicho esto, y teniendo en cuenta la amplia ventaja sacada por las medialunas gordas, procederé a reflexionar acerca de los resultados (¡por fin!)
Hay dos puntos que cabe resaltar y que toda la población merece conocer y aceptar lo más temprano posible:
- Las medialunas de grasa SIEMPRE son ricas. Aún cuando son feas, son ricas. En cambio, las de manteca no. Sólo en excepciones se salvan de parecer una bomba de masa a punto de explotar (ni hablar cuando las pintan con ese almíbar impasable)
- Cantidad sobre calidad nunca es negocio. Pedir medialunas de manteca porque 'llenan más', es como querer ejercitar la lectura con un libro de Guillermo Andino. Es decir, hay algo que estamos descuidando y que es mucho más importante: las medialunas de grasa parecen finitas justamente porque su grositud radica en el sabor.
Bolas de masa frente a pedacitos de sabor garantizado. La elección es fácil. Sin embargo, tanta gente al revés.
Y acá es donde digo... Que la mayoría de la sociedad porteña haya elegido las medialunas de manteca, ¿es casualidad? No. Despertemos: es un dato preocupante.
Que la mayoría elija cantidad sobre calidad, que priorice las apariencias, es un signo claro de que esta sociedad vive confundida. Vive en la ignoracia. Vive en la equivocación. Y no quiere salir. Elige en base a criterios deformados que no pretende cambiar.
Así, con los mismos criterios que elige qué comer, elige a quién votar, dónde trabajar, qué estudiar...
Éste es mi consejo: cada vez que conozcan a alguien chequeen este datito. Evitarán futuras discusiones (y decepciones), se los aseguro.