miércoles, 29 de agosto de 2012

El tiempo y la modernidad

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Hacía tiempo que Germán no iba a la cancha. No recuerda exactamente por qué, pero un día, no fue más. Hasta hoy.

Su equipo gana por la mínima. El partido está por terminar, pero no termina. 89:11. Tiro libre, barrera y contrataataque. Son tres contra dos y el nueve de ellos, que tiene la pelota, corre ligero. El 10 lo acompaña solo, por la derecha. 89:23, cruzan mitad de cancha y la defensa todavía los persigue atrás. 89:35, el delantero se la pasa al 7, que se desmarca, gambetea y encara al arquero que a menos de 30 segundos del final, se apura y queda de garpe. Gutiérrez (cree Germán que se llama) ahora es el dueño de la pelota y del inminente empate. El arco queda vacío. 89:55, corre unos metros por la derecha, patea y 89:57, no se sabe cómo ni por qué, la manda afuera.
90:09. Germán respira. Diez segundos después, escucha el silbato y, por fin, el minuto más largo de su vida, acaba.

De vuelta a su casa, ya más sereno por la victoria, piensa en la relatividad del tiempo. En el carácter subjetivo de los segundos, de los minutos, de las horas. Se detiene en la necesidad humana de cuantificar lo incuantificable, de racionar caprichosamente los momentos vividos. Como si hubiera algo más que presente o como si la vida fuera una torta que se pudiera cortar en partes y todos, todos nosotros, tuviéramos el mismo cuchillo y lo hiciéramos de la misma manera. Como si no importara el relleno.

¿Cuánto tiempo es suficiente? ¿Cuánto es demasiado? ¿Cuánto es poco? ¿Con referencia a qué?

Piensa que vivimos convencidos de que comprendemos el tiempo, como si fuera algo racionalmente lógico y fácilmente administrable. Como si fuera solo eso. Como si, de veras, estuviera bajo nuestro control.

Casi como si pudiéramos detenerlo. O dejar de envejecer.

Hacía tiempo que Germán no iba a la cancha. Ahora se acuerda por qué.

martes, 28 de agosto de 2012

PROck nacional

3 sardinas opinaron
Bueno, no sabemos. Quizás Diego Torres es un gran artista de rock, pero por alguna razón, grabó pop. Habrá que preguntarle al Gobierno de la Ciudad que, tal como nos tiene acostumbrados, volvió a hacer gala de su inoperancia, confusión y desconocimiento. 

¿Homenaje o insulto?

martes, 21 de agosto de 2012

Del uso al abuso hay un solo paso

9 sardinas opinaron
La misma brecha que separa el amor del odio, es la que divide el uso del abuso.

Esto pensaba mientras entraba clandestinamente en el baño para discapacitados de los cines Hoyt's con el único fin de evitar hacer la infinita cola que se armó en el de mujeres no bien terminó Batman y que, esta vez, era más larga de lo esperado. Si bien salí rápido -casi corriendo- por miedo a que algún fanático de las reglas me intercepte y me pregunte cuál era mi capacidad especial, pronto me di cuenta de que los cinco minutos que estuve adentro del tualét equivocado bastaron para que se formara una filita en la puerta y unas cuatro o cinco minas más se colgaran de mi avivada. 

Esta situación que a mí me costó unos 30 segundos de planteos éticos y morales, pronto advertí que se reproduce constantemente. De hecho, durante la función en el cine también. En tiempos en los que la gente está sacada, es normal no poder encontrar entradas para ninguna película que reciba más de cuatro clarinitos, ni con dos semanas de anticipación. Por ello, resulta indispensable encontrar nuevas estrategias y aplicarlas para sobrevivir. O, al menos, para entretenerse. Una de ellas, es reservar un asiento en la primera fila y antes de que comience el film, dirigirse al final de la sala y ocupar el que está destinado a una persona discapacitada, el cual, por lo general, permanece vacío. Eso hizo un hombre de pocas pulgas y mucha menos culpa de dejar a su pareja con tortícolis durante el resto de la semana. Otra vez, del uso al abuso en un santiamén.

Y de estos hay mil. Pregúntenle a los que van con muletas a la cancha, si no. 

Ok. Yo sé que no está bien. Que no es correcto usufructar algo que está dirigido a gente que realmente lo necesita, sólo por una cuestión de comodidad y puro beneficio personal. También admito que ese impulso que tuve en la puerta del baño no fue producto de mi espíritu más noble y puro sino, quizás, de esa parte de mí oportunista y que se cree piola quebrantando normas sociales ("bien de porteña", dirían algunos amantes de las generalizaciones). Sin embargo, no puedo evitar preguntarme: ¿qué tan mal está utilizar los servicios destinados a la gente que padece alguna discapacidad física cuando éstos están disponibles? Y si está mal, ¿por qué? Entiendo que la prioridad la tienen los discapacitados, pero si vivimos en un sistema capitalista que tiene como fin volver productivo todo lo que construye/existe, ¿por qué está mal visto darle uso, funcionalizar, operativizar aquello que, estadísticamente, permanece la mayor parte del tiempo condenado al ocio y a la improductividad? 

Presiento que si la gente del INADI lee algo de esto me va a denunciar. No se equivoquen. No es que estoy pregonando una sociedad que, de pronto, deje de respetar los espacios construidos para la gente con algún tipo de imposibilidad física (si es que en este momento se respetan). Sólo quiero marcar el contraste: en tiempos en los que todo debe pensarse dentro de los límites de la utilidad y la eficiencia, que aquello que no reditúe algún beneficio económico, cualquiera sea, no tiene la gracia de contar con aprobación general sino que es acusado de hippismo o comunismo barato, aumentar la productividad de los objetos fabricados por la industria capitalista debería ser un logro a destacar. Sin embargo, no. Estas prácticas se realizan desde el mismo lugar donde se efectúan los abusos: desde las sombras. Rogando que nadie nos vea y suplicando compasión en caso de ser encontrados por alguna autoridad competente con las manos en la masa. 

Es raro. Otra vez, decimos que está mal, que es incorrecto, lo condenamos en público, pero en la esfera privada lo hacemos y nos creemos un poco más inteligentes que el resto, que los "giles"

Es raro y, sobre todo, ridículo. Casi tanto como la idea de que, con un par de medidas y políticas públicas se puede transformar una sociedad que tiene sus bases en la formación de seres trabajadores, productivos y súmamente individualistas, en una solidaria e inclusiva. 

martes, 14 de agosto de 2012

Café sin filtro

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En el bar de la facultad, estoy pidiendo un cortado y se acerca un pibe. Lo miro una vez. Lo miro dos.

Sardina: (De la nada) Disculpá... ¿vos ayer me agregaste al Facebook?
Pibe: Eeeeh... creo que no...
Sardina: (Lo increpa) ¿Cómo te llamás?
Pibe: Alan
Sardina: Ah, no, no, nada que ver, disculpá!

A veces, el habla se independiza de la razón y suceden este tipo de cosas. Paciencia.

jueves, 9 de agosto de 2012

El círculo desamoroso

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Mi problema es el siguiente: cuando me encuentro con un hombre que detenta ciertas características y las manifiesta adelante mío, yo no puedo hacer otra cosa más que enamorarme. Posta. Si cumple ciertos requisitos me deja de importar su aspecto exterior y empiezo a ver espejitos de colores.

Pero ojo, no me pasa con cualquiera. Para que yo lo idealice a morir y crea que es el amor de mi vida por... al menos, algunas semanas, basta con que cumpla un par de requisitos, entre los cuales están: 

1. No debe usar adjetivos descalificadores o palabras ofensivas para referirse a la clase popular y/o a su cultura.
2. Debe estar al tanto de la actualidad y sus vaivenes. Si es posible, más que yo.
3. Debe disfrutar de la lectura y haber leído algo de Cortázar alguna vez. 
4. Le debe gustar el fútbol y ser hincha de algún club. No le puede dar igual que gane, pierda, empate o se vaya a la B.
5. Debe tener un proyecto personal fuera del ámbito laboral. Algo sin fines de lucro que le suponga un desafío y donde pueda plasmar su creatividad.
6. No debe ser tacaño con sus gastos ni con los demás. El desprendimiento en materia económica me mata.
7. Le debe gustar la música y tener preferencias. Nada de "escucho un poco de todo". Si toca (bien) algún instrumento, mucho mejor. 

Ah, y si encima no tiene faltas de ortografía, me caso. 

La cuestión es que no siempre todo lo que brilla es oro ni todo aquel que leyó Rayuela es inteligente. Es más, a juzgar por mi experiencia, casi nunca. Sin embargo, cuando alguno empieza detentar una de estas cualidades, a mí todavía se me nubla la vista y automáticamente dejo de prestarle atención a todo lo demás. Incluso a las características que me alejan de él. Y, claro, he ahí el peligro y la consecuente desilusión.

Pero bueh, así estoy, no sé, uno, dos, tres meses construyendo un edificio sobre idealizaciones, una arriba de la otra. Si bien de vez en cuando me doy cuenta y aparecen algunas grietas, rápidamente las cubro con más idealizaciones. El problema es que no suelen ser muy resistentes y algún buen día me desayuno con que el edificio se hizo mierda contra el piso.

Y yo también.

Hasta que encuentro por ahí a un futbolero generoso y asiduo lector de Página/12 que, sin querer, me ayuda a reconstruirlo. Y a que el círculo desamoroso empiece otra vez.

miércoles, 8 de agosto de 2012

La locura de los que no están locos

3 sardinas opinaron

La realidad es compleja. Mucho muy. Tanto que a veces, lo que a simple vista parece perjudicar a unos y beneficiar a otros, termina resultando al revés. 

Esto pensaba mientras leía los portales de los diferentes diarios del país que presentaban como noticia del día el conflicto de los metrodelegados con el Gobierno (de la Ciudad o de la Nación, todavía no me quedó claro) y el consecuente paro de subtes. Este kilombo interminable si bien puede llegar a suponerle algún costo político a la gestión de Macri (aunque, si tenemos en cuenta que fue reelecto estando procesado, esas posibilidades descienden automáticamente), peor es que se conozcan los demás negocios que maneja desde las sombras.
Dale gas y no le quites más nada, ¿dale?

Como el del Borda. Si bien pocos medios lo rebotaron, hoy a las 4 y media de la mañana un grupo de tipos de la Policía Metropolitana se presentó en el hospital de Barracas para desalojar el Taller Protegido de Rehabilitación N°19, destinado a realizar trabajos de resocialización con los internos que están a punto de recibir el alta. 

Si bien esto explotó ahora, no es nuevo. Ya en septiembre de 2011, la gestión de Macri con la excusa de impulsar “el desarrollo de la Zona Sur de la Ciudad y generar nuevas inversiones y empleos”, presentó el proyecto de creación de un Centro Cívico en 1,5 hectáreas de tierras situadas dentro del predio que le pertenece al Hospital Borda. La idea es trasladar todas las oficinas y dependencias de la Jefatura y Vicejefatura de Gobierno, la Jefatura de Gabinete y los ministerios de Desarrollo Urbano, Ambiente y Espacio Público, Desarrollo Económico, Hacienda y Educación que hoy se encuentran en la sede Bolívar 1, ubicada en Avenida de Mayo 525, en el barrio de Monserrat, al de Barracas. Cabe destacar que el precio del metro cuadrado edificado a estrenar en la zona donde está ubicado el Borda oscila entre 1600 y 2100 dólares, en tanto que un terreno cotiza entre 500 y 600 dólares por metro cuadrado.

El problema es que la construcción de este distrito gubernamental que busca "reactivar la Zona Sur", lejos de erigirse sobre “tierras ociosas” (como declararon fuentes oficiales), supone demoler parte de la infraestructura que le pertenece al Hospital público. Pero como sabemos, la concepción de público y privado que tiene Macri difiere bastante de la  que posee el resto de la sociedad. Por eso, sin ningún tipo de culpa, está arrasando con todo lo que impide que su querido "Centro Cívico" se construya. Ya demolió el Taller "Pan del Borda" y ahora está por hacerse, Metropolitana por medio, del de Rehabilitación. De conseguirlo, sólo le faltará tirar abajo la Penitenciaría del Centro de Salud que también constituye un "estorbo" para este proyecto.

Ah, pero falta lo peor. Para financiar esta edificación, el Gobierno porteño presentó en la Legislatura un proyecto que propone la venta del Edificio del Plata, ubicado en Carlos Pellegrini 211 (a dos cuadras del Obelisco), donde funcionan algunas de sus oficinas. A fin de conseguir el apoyo de la oposición, propuso a los trabajadores del Borda una especie de ‘plan canje’, que sonó más a una extorsión: de aprobarse la propuesta, el PRO destinaría entre un 10 y un 15% de la venta del inmueble a la refacción del hospital. A pesar de que el 70% de los 500 integrantes de la asamblea del Borda se pronunció en contra, al PRO no le interesó. Las obras de demolición ya comenzaron y se prevé que finalicen a mediados de 2013. 

Genial, che. Mientras Macri, desde las sombras, hace un negoción inmobiliario con la salud pública levantando la bandera del "desarrollo de los barrios del Sur", todos nos quejamos del subte.

La realidad es compleja, sí. Pero nosotros para informarnos a veces somos demasiado básicos. 

martes, 7 de agosto de 2012

Dime con quién andas...

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Desde que asumió la Jefatura de Gobierno, Mauricio Macri (quien, por si se habían olvidado, todavía está procesado) se caracterizó por realizar las más desafortunadas designaciones. A saber:

Mariano Narodowski, ministro cómplice
Exministro de Educación. En 2009 tuvo que renunciar al ser imputado en la causa de las escuchas por presunto encubrimiento durante su gestión. Después de prestar declaración indagatoria ante el juez Norberto Oyarbide, el 15 de julio de 2010 fue sobreseído. El PRO eligió al escritor Abel Posse para ocupar su cargo.

Abel Posse, ministro relámpago
Fue nombrado ministro de Educación en diciembre de 2009 pero sólo duró 12 días en el cargo. Las declaraciones en las que justificaba el terrorismo de Estado de los ’70 y la represión como "contención en acto del delito inminente" provocaron un decisivo rechazo por parte del resto de los partidos y sectores políticos que lo obligó a discontinuar su mandato. El PRO ni siquiera pidió disculpas. Es más, Horacio Rodríguez Larreta hasta desestimó las críticas: “Todos los intelectuales son controvertidos. Las etiquetas de ‘derecha’ e ‘izquierda’ son bastante relativas. Acá lo que le importa a la gente es que le resuelvan los problemas”.

Juan Alberto ‘Fino’ Palacios, “un grave error”
Así definieron desde el Gobierno de la Ciudad la designación en 2009 de este hombre al mando de la Policía Metropolitana. Actualmente está procesado por la causa del atentado de la AMIA y por su vinculación en el caso de las escuchas ilegales. Además, fue acusado de reprimir y asesinar manifestantes en 2001, aunque ya quedó definitivamente sobreseído. “Un grave error” por parte del PRO. Y bastante evidente.

Ciro James, el topo
Expolicía implicado con Palacios en el caso del espionaje ilegal. Desde que se conoció públicamente la vinculación de este hombre de pasado turbio con el Gobierno de la Ciudad, Macri se ocupó de desmentirla. "Trabajé casi dos años en el Ministerio de Educación y no puede negar que yo estaba entrando a la Metropolitana de la mano de Palacios", dijo James y comprometió al Jefe de Gobierno que unos días después tuvo que admitir que lo conocía. 

Jaime Durán Barba, “campaña sucia”
Experonista de izquierda y jefe de campaña de Mauricio Macri en 2011. En octubre de ese mismo año la jueza María Servini de Cubría lo procesó por haber llevado a cabo una campaña sucia en contra del candidato por el Frente para la Victoria a la Jefatura de Gobierno, Daniel Filmus. Está acusado de violar el artículo 140 del Código Electoral, que prevé hasta dos años de prisión a quien “con engaños indujere a otro a sufragar en determinada forma o a abstenerse de hacerlo”. También se le embargaron 130 mil pesos. Eso sí, la estrategia de propaganda funcionó a la perfección: el PRO arrasó en segunda vuelta.

Datos de la realidad. Saquen sus propias conclusiones.

Para no sentirse tan solo, Mauricio incluyó cuatro procesados en su Gobierno.

miércoles, 1 de agosto de 2012

La gente está sacada

4 sardinas opinaron
Recuerdo haber dicho esa frase anteriormente en dos ocasiones, a saber:

1) Cuando me fui a recorrer Europa con mi hermana: hicimos un tour de dos semanas en el que la onda era arrancar el día bien temprano para terminarlo bien hecho mierda. Bah, como todos los tours. La cuestión es que la gente que iba con nosotros estaba totalmente obsesionada con el tema de los lugares en el micro. Ok, entiendo que quieras la ventanilla, pero no por eso podés caer en pijama, a las 5:30 de la mañana sin siquiera lavarte los dientes, a dejar tu bolso en el asiento. Claro, con mi hermana llegábamos cinco minutos antes y veíamos que el micro ya estaba todo reservado desde hacía dos horas por los fanáticos que preferían faltar al desayuno antes de perder el lugar. "LA GENTE ESTÁ SACADA", le decía yo. Y tenía razón.

2) Cuando fui a dar un final obligatorio oral: ok, yo también entiendo que éramos muchos los que teníamos que rendir. Lo que no comprendo es cómo puede ser que, inclusive habiendo llegado una hora y diez antes, ya hubiera 84 personas adelante mío esperando a que le tomaran. O sea, 84 personas llegaron aún más temprano que yo, que había llegado temprano. Me puse hablar con uno que estaba octavo y me dijo que había llegado a las seis y media. "LA GENTE ESTÁ SACADA", le dije a un compañero, y me fui a tomar un café.

El tercer episodio fue hoy. "Voy a sacar entradas para ver Batman el finde", me dije. Ojo, no soy boluda. Sé que la gente está fanatizada con esta película de mierda y me avivé "Reservo hoy, MIÉRCOLES, así para el viernes ya tengo plan". Ilusa. Entré a la página de reservas del Hoyts y advertí que estaba el 90% ocupado. LA GENTE ESTÁ SACADA, otra vez. 

El asunto con las galletitas Toddy es otro ejemplo de esta patología que sufre un sector de esta sociedad consumista e individualista.

Pero bueh, ¿saben qué? No me importa. Prefiero esperar un mes y ver Batman tranquila, antes que compartir la sala con 150 personas que programan su fin de semana un lunes.