domingo, 27 de diciembre de 2015

Cosas que hay que hacer para aprovechar (en serio) las Fiestas

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Fines de diciembre. Ese momento del año en el que suceden reuniones que ninguno quiere presenciar, uno recuerda por qué dejó de ver a cierta gente, se brinda por cuestiones ridículas y superficiales y ganan lugar esos "balances" horribles que nadie en su sano juicio tiene nunca ganas de hacer.

En ese contexto de mierda, yo creo que es justo y necesario sacarle provecho de verdad a la Navidad y el Año Nuevo que tantos compromisos nos traen. Aquí algunas sugerencias.

Faltar al trabajo. Está socialmente permitido que en las fiestas la gente coma mucho. Exageradamente. Si empezás el 25 de diciembre sin haber proferido la frase "no puedo más", más de uno te puede tildar tranquilamente de persona de bajos recursos económicos o de familia pobre. Por eso, es hora de que las fiestas sirvan para algo más que engordar y usemos de excusa el kilo de vitel toné para acusar una gastroenterocolitis galopante y hacernos la semana entera de feriados.

Rechazar invitaciones no deseadas. La gente en diciembre está muy ocupada. No hay una sola persona que no presente dificultades a la hora de encontrar un hueco en su agenda para juntarse con uno. Por eso, es un gran momento para usar la excusa "UF, esta semana/mes, con todas las reuniones de fin de año, estoy a full". O como me gusta a mí "Diciembre voy a estar re complicado...". ¿Quién se ofendería por no poder asistir a una reunión en diciembre? ¡Si es el mes de las reuniones! Instantáneamente el que invitó pasa a echarse la culpa a sí mismo por avisar con poco tiempo, y uno se queda con todo un mes libre para elegir cuidadosamente a dónde ir, organizar lo que se le cante, o no organizar un carajo y quedarse en casa viendo Breaking Bad (?)

Recuperar objetos prestados. En muchos casos, uno presta cosas y luego por alguna extraña razón pierde contacto con el moroso en cuestión. Diciembre es un gran momento para acercarse cariñosamente a esta persona, desearle "que en esta Navidad, etc" y, ante su respuesta (seguramente cariñosa también) recordarle su deuda. No hace falta ser muy incisivo cuando es uno el que está en regla. "¿Pudiste terminar el libro?", "¿Ya conseguiste un celular liberado?" funcionaría muy bien para que el otro se sienta realmente mal y salde el problema.

Dejar morir relaciones agonizantes. Hay amistades que realmente uno ya quiere dejar de tener. Ese pibe de la infancia que será muy buena persona pero ya no tienen nada en común más que los 73 amigos en Facebook y los saludos anuales de cumpleaños, probablemente ya no tenga nada que hacer en tu vida. Olvidar saludarlo para las fiestas, evitar cualquier tipo de contacto, puede ser una manera muy educada de decir: "Ok, Jorge, ya fue. Te deseo que vivas muchos años y seas feliz (ponele) pero ya no estaría interesado en seguir intercambiando palabras de cortesía".Todos sabemos que acabar con ellas haría del mundo un lugar indudablemente mejor. Win-win.

Así es, muchachos. Las fiestas nos ponen frente a situaciones que probablemente deseemos evitar y para compensar no sólo basta con emborracharse y comer hasta morir. Es hora de empezar a aprovecharlas en serio.

En fin, felices fiestas. Para algunos.