sábado, 12 de abril de 2014

¿Por qué Argentina debería ganar el Mundial?

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10 razones completamente arbitrarias por las cuales sería correcto que de Brasil nos llevarámos de una vez la Copa del Mundo.



1. Porque va Pitana. Bueno, no todos los días un árbitro nacido en Misiones (!) es elegido para viajar al Mundial en el que -encima- su selección gana. De esta manera, se conocería su heroica historia en el mundo: de un pequeño sin recursos a uno de los mejores réferis a nivel internacional. Sin duda sería un gran aliciente para la ilusión del "niño árbitro" tan en boga últimamente(?): "Mi sueño es dirigir en un Mundial, como Pitana", dirán esperanzados.

2. Porque juegan Rojo, Fernández, Garay, etc. Si ganamos este Mundial, probablemente sea la primera vez en la historia que jugadores completamente ignotos para los habitantes de su país alcanzan un logro semejante. "¡Miren con qué defensa berreta han hecho tanto!", dirán por ahí. Y tendrán razón.

3. Porque se cumplen 80 años del Mundial Italia 1934. ¿Y eso qué tiene que ver? En esa cita los tres grandes futbolistas argentinos Enrico Guaita, Luisito Monti y Raimundo Orsi que en Uruguay 1930 habían jugado en nuestra selección, se pasaron a Italia y le hicieron ganar el Mundial al equipo Azurra. Así nomás. Encima, el último de este trío marcó un gol en la final y todo. ¿Y por qué eso debería repercutir en esta Copa? Porque este año se cumplen 80 de esa traición y vamos a tener que esperar 20 años para que vuelva a caer en número redondo. Y los números redondos siempre garpan más que los otros.

4. Porque es el último Mundial del kirchnerismo. Por como están las cosas, todo parece indicar que este será la última Copa del Mundo que se jugará con los K en el poder. Y con lo que le gusta Fuerza Bruta a Cristina, sería una lástima que no pudieran aprovechar la FIESTA POPULAR que ocasionaría un triunfo de esta categoría. Es lo más cercano a recuperar las Malvinas que tenemos, sin duda.

5. Por las promesas pelotudas. La época mundialista incita a que la gente fantasee con cumplir promesas que son un bajón para después "contarle a sus hijos". He escuchado cosas como "Si ganamos el Mundial voy a Luján caminando ida y vuelta", "armo una fundación para hacerle un monumento a Messi", "dejo las harinas" o, la más acertada, "Si ganamos el Mundial, me retiro". La verdad que estaría bueno que de Brasil nos volvamos con la Copa del Mundo solo para que toda esta gente se quiera matar.

6. Para que Tan Biónica le haga algún bien a su país. Supongo que todos estamos enterados de que esta banda compuso una canción para Brasil 2014 que es básicamente un espanto. De ganar el Mundial, podríamos empezar a decir que Tan Biónica "le dio suerte" a la Selección y, aunque sea ilusoriamente, estos chicos comenzarían a compensar todo el daño que le hicieron a nuestra sociedad, muy de a poco.

7. Porque Messi cumple años durante. Lionel es el mejor jugador del mundo. Y cobra como el mejor jugador del mundo. Por este motivo cabe preguntarnos: ¿qué carajo se le puede regalar que no tenga? ¡Ya sé! ¡Una Copa del Mundo! Si bien se puede advertir que por el desempeño que ha detentado en el fútbol mundial la Pulga merece cosechar este trofeo, el hecho de que su cumpleaños caiga a finales de junio lo hace más meritorio todavía.

8. Porque no va Zanetti. Razón suficiente. Javier tiene 40 años y es el futbolista que más partidos disputó con la camiseta argentina en la historia del seleccionado. Estuvo ahí, rompiendo las pelotas durante mucho tiempo. Se barajó en algún momento su convocatoria a Brasil 2014, sin embargo, se quedó afuera. Solo por festejar las desgracias del destino sería divertido que ganemos el Mundial sin él.

9.  Para gozar de "otro gesto de Francisco". Si Argentina gana el Mundial, tendremos una nueva razón para presumir de nuestro Papa argentino y festejar un nuevo gesto del Pontífice de esos que tanto nos gustan.

10. Para que no lo gane Brasil. Si en el resto de mis argumentos podía llegar a permitir alguna objeción, aquí no. Argentina tiene que llevarse la Copa del Mundo principalmente para que no le quede a Brasil. Pentacampeonato ya suena horrible. Ni quiero saber cómo se le dice a los 6. Ah, y como bonus track, arruinarles la vida a todos los viciosos que apostaron por el local :).

jueves, 10 de abril de 2014

El humor corporativo

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Así como existen el humor negro, verde, inteligente etc. es hora de que aquel que se detenta en el ámbito empresarial sea oficializado como tal, se le dé su correspondiente estatuto y lo empecemos a llamar "humor corporativo".

Humor corporativo: (Del lat. humor, -ōris y del lat. corporatīvus)
Dícese de aquella forma de causar gracia que se manifiesta dentro de un ámbito empresarial y que al oído resulta inocente, poco atrevida, hipócrita y provoca risas de compromiso en el auditorio. Falto de autenticidad. Se practica mayormente cuando hay un jefe o responsable presente.

(Explico datos estadísticos pero a la vez hago
alguna analogía entre las curvas de los gráficos
y las mujeres porque¡soy muy canchero!)
Es imposible fijar la fecha exacta de su nacimiento, pero sí podemos aproximar la época: siglo XIX. Durante esos años comenzaron a surgir lo que hoy llamamos "grandes empresas" entre las que se encuentran las "multinacionales": corporaciones en las que los seres humanos compiten entre sí y se relacionan desde la corrección política y la demostración constante de nuevas e imprescindibles aptitudes.

Es en este contexto en el que el humor corporativo se hace presente y se manifiesta de distintas maneras. Aquí les acerco unas cuantas para que puedan identificarlo con facilidad:

1. Hacer chistes sobre el presunto consumo de alcohol. Cualquier tipo de error por parte de un compañero suele ser rematado con esta pseudo-acusación que termina cayendo en el más horrible de los clichés y que pocas veces causa algún tipo de risa: "¡No, Jorge! ¿Estás tomado? ¡Dejá el vino que te hace mal! JAJA". 


2. Hacer chistes para entrever el consumo de algún producto cool o intelectual. Mucha gente consume para después contarlo y que otros lo legitimen como alguien inteligente, vivo o algún otro adjetivo similar. Por lo tanto está siempre alerta, buscando el momento preciso para poder colar su comentario cool en la charla corporativa. EJ:
"Bueno, vamos a tratar de liquidar rápido esto que muero por ver el final de Braking Bad, jaja".
Ay, sí. Porque además de ser un gran baluarte de la empresa, soy muy canchero y miro la serie snob del momento. 

3. Bardear al compañero trayendo algún dato de su vida privada. Esta clase de práctica supone la necesidad del otro de dejar en evidencia a un tercero poniendo sobre la mesa algún dato "vergonzante" (nunca lo suficiente como para incomodarlo) de su privacidad que haya sido recabado de alguna manera.
"Desde que sigo a Jorge en Spotify que no puedo mirarlo a los ojos. ¡Se hace el serio pero vive escuchando Arjona! Jajaja".

4. Ensayar la idea de incendiar la empresa. Claro. Típico de jefe decir que si las altas cúpulas no llevan a cabo el proyecto que su departamento tiene en mente "nadie viene a trabajar, ¡hacemos piquete! jajaja". Típico de jefe ser el primero en estar ahí lamiendo botas si eso sucede. 

¿Se entendió más o menos? Es básicamente ese nivel de mediocridad.

 Gente queriendo figurar para quedar canchera ante sus pares y superiores y -por qué no- generar la complicidad suficiente para que en un futuro eso se traduzca en un ascenso (aunque esa es una consecuencia que no todos tienen en cuenta al momento de cancherear).

¿Y vos? ¿Ya pensaste tu chiste corporativo para mañana?

lunes, 7 de abril de 2014

Gol de un ex

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Anoche, cuando vi a Mauro Matos convirtiendo el empate contra All Boys que luego nos catapultó nuevamente a la zona de descenso directo, me sentí su ex.

Fue ese el sentimiento: por una décima de segundo fue como si el ex goleador de Floresta me lo hubiera hecho a mí. No al club ni al técnico ni a Cambiasso. A mí, personalmente.

Lo miré con odio, con ese odio que sólo nace producto del sentimiento más amargo de todos. "Te acostaste con mi mejor amiga", podría haberle dicho en ese mismo instante a Matos.

"Y encima lo vi todo por TV".

Ahí entendí por qué a las mujeres no les gusta el fútbol.

La traición amorosa televisada y con replay, duele mucho. Posta.