jueves, 23 de agosto de 2018

A la gente que cree conocerme

0 sardinas opinaron
Lamento indicarles que ni yo sé quién soy.

Cosas que odio hacer de a dos

0 sardinas opinaron
Buscar en Google.
Ir al baño en un boliche/bar.
Redactar un párrafo.
Viajar en transporte público.
Leer una revista.
Editar un video.
Comprar ropa.
Pensar*.


*Esto solo me gusta hacerlo con pareja y (algunos) amigos.

domingo, 15 de julio de 2018

El extraño mundo de Linkedin

2 sardinas opinaron
Bueno, si cuando escribía acá era una joven rebelde, ahora soy una burguesa oficinista (aunque de vez en cuando florece el anarquismo y mando un poco todo a la mierda).

En fin, igual no vengo a hablarles de eso sino de una red social que descubrí debido a mi nueva vida de adulta.

LINKEDIN.
Muchos han escrito artículos, teorías y hasta libros sobre las redes populares: Facebook, Instagram, Twitter, y esas cosas. Sin embargo, creo que poca atención se le ha brindado a Linkedin, "la red de los profesionales" o "la red laboral" o "la red en la que todos somos interesantes". Si ya odiábamos hacer CVs, Linkedin es como un Currículum viviente, es nuestro CV hablando, megusteando, compartiendo y comentando la vida social.

Ese timeline es un mundo sumamente extraño, distinto a las redes sociales contemporáneas, aburrido, muy aburrido en sí mismo pero con algunas especificidades que me pareció lindo comentar.

Por ser de Microsoft, es la red menos intuitiva del mundo. Arranquemos por el tema de la configuración. Linkedin está horriblemente seteada. Tiene errores que ya habíamos superado como comunidad interneteana hace 20 años. Todo lo bueno que tiene es lo que pudo robar de Facebook. Lo demás es como estar interactuando con una app construida por tu mamá.

La gente ahí es "interesante". Hay heavy users de Linkedin. Es loco, porque esto no lo sabía hasta que tuve que administrar la cuenta de una empresa y por lo tanto pasar más tiempo de lo que cualquier ser humano quisiera en esta red. Hay muchas personas que de verdad usan y PIENSAN en Linkedin como un lugar para compartir saber. Y claro, te confunde. Porque esa persona que tenés también tenés en Instagram y se pasa la vida haciendo historias intrascendentes, en la red de la gente inteligente sube artículos ridículos sobre eficiencia y utilidad. O textos de un nuevo género que podríamos denominar "autoayuda corporativa", o "empresarial" porque mezcla el discurso básico de autosuperación con los intereses corporativos.  ¿Ubican lo que digo? Esas oraciones falazmente construidas que convencen a los desprevenidos. En Linkedin el contenido que ponemos tiene que tener ser "Interesante" o no ser.

La foto de perfil. Creo que debo ser la única persona que tiene la misma foto de perfil en Linkedin, en Twitter y en Whatsapp, y eso es porque me da mucha fiaca buscar otra. Es gracioso porque hasta el más hippie tiene una foto especial para Linkedin, que elige específicamente para esta red y quizás es la única vez que se autoperdona ser tan "serio". Porque tener trabajo es más importante que tener seguidores.


Es tremendo cómo las reglas del mercado laboral nos atraviesan y nos transforman a todos.
Por otro lado pienso que como Linkedin tiene esas normativas del mercado de trabajo, el resto de las redes tienen las suyas que no hacen actuar de una u otra manera. Y pienso en que eso de algún modo finalmente afecta en nuestra personalidad, en lo que finalmente somos todos los días. Quizá hoy solo seamos una mezcla incomprensible, incluso para nosotros, de todo eso que aparentamos en la redes.

martes, 23 de agosto de 2016

Fiestas de 40

0 sardinas opinaron
¿Cuáel es el gran mérito de cumplir 40 años? 
Pregunto desde la ignorancia total de mis 27, porque de un tiempo a esta parte (¿10 años?) se empezaron a poner cada vez más de moda las "Fiestas de 40" y a riesgo de ser discriminada por las feministas, temo que es una práctica sobre todo llevada a cabo por mujeres. Además, no puedo ponerme a pensar como hombre, así que voy a marginar este análisis a ellas.

En serio, ¿por qué tanta alaraca por cumplir años? Ya es un bajón simular que uno está contento CADA AÑO por CADA CUMPLEAÑOS ajeno del que tiene que ser testigo como para que tengamos que vivir eso al cuadrado.

Porque cuando son 40 es como si se suspendiera el mundo por un rato y todos debiéramos prestarle más atención a esa persona: en general son fiestas interminables en las que uno realmente pierde la noción del tiempo al punto de no entender los códigos del evento y tener que preguntar cuándo se puede ir.

Esta reflexión me surgió porque tengo amigas que empezaron a cumplir 30 y no hacen tanto espamento. Sí, ok, un festejo muy parecido al de los 29 pero con un algún comentario del tipo "JA, qué numerito", "la vida apesta" o "todavía sin novio" pero no mucho más.
¿Qué estaría pasando a los 40, de lo que las personas que todavía no llegamos ahí nos estamos perdiendo? ¿Por qué festejar a todo trapo si nunca en tu puta vida hiciste un cumpleaños que termine después de las 12:30?

Tengo algunas hipótesis:

1) Es un rivival del cumpleaños de 15. 
Posta. ¿Son los 15 de la edad adulta y yo no me enteré? Si no es que directamente alquilan un salón, lo más probable es que alguien les preste una quinta o bien redecoren el patio de atrás con todo lo que encuentren en el cotillón. Tampoco falta el DJ y "las cuatro listas de Spotify" que ella misma se hizo o bien le encargó a su pareja/amigo/papa de que es re canchero y sabe del tema.
Por lo general, el atuendo no queda a la buena de Dios. Así que elegir vestido es un tema que preocupa un poco más incluso que cómo lo van a pagar con lo que cuesta la ropa hoy.
AH! Otro tema: la tarjeta. Durante tu vida pasada invitaste a tus cumpleaños sin invitación y la gente fue lo más bien, entendió dónde y qué día y no tuviste que andar explorando el Photoshop. ¿Por qué volver con el tema?

2) Tienen plata para hacerlo. 
Esta es muy cierta. A los 20 uno a duras penas puede conseguir entrar a un boliche en el que el alcohol no sea extremadamente berreta y simplemente pueda emborracharse sin morir. A los 30, si tenemos plata no la pensamos poner en salón, morfi y chupi para que consuman otros, sino mejor en el alquiler, las expensas, el crédito, los apuntes, un viaje o cualquier otra inversión a la vista. A los 40 la cosa es distinta. Con dos pibes y una tensa estabilidad, uno debe estar re podrido de perder la plata en colegio, ropa de niños, actividades extracurriculares y lencería para mantener la llama del matrimonio (en el mejor de los casos). Simplemente uno quiere derrochar. Eso es, el goce del derroche. Derrochar sin pensar en nadie más, derrochar en una fiesta sinsentido para "celebrar la vida que se va tan rápido, la puta madre, ya tengo 40 años".

3) Es un mensaje para todos los invitados: "AH, sí. Yo llegué. Acá estoy. Acá me tenés. Cuarenta. Y lo digo con orgullo"
¿Vieron que hay una cierta costumbre de reinvidicar las desgracias? No digo que cumplir 40 lo sea (mucho peor es cumplir 50, o 60!) pero yo no sé si es algo para andar soltando globos. Esas sonrisas de las cumpleañeras, de labios pintados y dientes apretados, me hacen pensar en que ellas se están repitiendo una y otra vez, a 100 km por hora, cada vez que se dispara un flash: "Estoy bárbara, incluso parezco de 38 si me maquillo bien me dan 37, además tengo la vida casi resuelta, una verdadera mujer de 40 años perfectamente parada en su edad, nada que ocultar".

4) Quieren que les digan que aparentan menos edad.
Ojo. Quizás algunas quieren ostentar su físico y cosechar comentarios del tipo "40?? ¡Pero si parecés una nena de 15!(ver hipótesis 1)" Es casi imposible que ese tipo de mensajes sean honestos, ya que lo recibe el 90% de las cumpleañeras, en general por parte de gente mayor de 40, cosa que reduce su objetividad a 0.

En fin, ponerme en la cabeza de una persona de 39, a punto de decidir qué carajo hacer con lo que se le viene encima, me estresa.

Mejor me voy a dormir.

Perdón, chicas, recién ahora las entiendo.

domingo, 27 de diciembre de 2015

Cosas que hay que hacer para aprovechar (en serio) las Fiestas

0 sardinas opinaron
Fines de diciembre. Ese momento del año en el que suceden reuniones que ninguno quiere presenciar, uno recuerda por qué dejó de ver a cierta gente, se brinda por cuestiones ridículas y superficiales y ganan lugar esos "balances" horribles que nadie en su sano juicio tiene nunca ganas de hacer.

En ese contexto de mierda, yo creo que es justo y necesario sacarle provecho de verdad a la Navidad y el Año Nuevo que tantos compromisos nos traen. Aquí algunas sugerencias.

Faltar al trabajo. Está socialmente permitido que en las fiestas la gente coma mucho. Exageradamente. Si empezás el 25 de diciembre sin haber proferido la frase "no puedo más", más de uno te puede tildar tranquilamente de persona de bajos recursos económicos o de familia pobre. Por eso, es hora de que las fiestas sirvan para algo más que engordar y usemos de excusa el kilo de vitel toné para acusar una gastroenterocolitis galopante y hacernos la semana entera de feriados.

Rechazar invitaciones no deseadas. La gente en diciembre está muy ocupada. No hay una sola persona que no presente dificultades a la hora de encontrar un hueco en su agenda para juntarse con uno. Por eso, es un gran momento para usar la excusa "UF, esta semana/mes, con todas las reuniones de fin de año, estoy a full". O como me gusta a mí "Diciembre voy a estar re complicado...". ¿Quién se ofendería por no poder asistir a una reunión en diciembre? ¡Si es el mes de las reuniones! Instantáneamente el que invitó pasa a echarse la culpa a sí mismo por avisar con poco tiempo, y uno se queda con todo un mes libre para elegir cuidadosamente a dónde ir, organizar lo que se le cante, o no organizar un carajo y quedarse en casa viendo Breaking Bad (?)

Recuperar objetos prestados. En muchos casos, uno presta cosas y luego por alguna extraña razón pierde contacto con el moroso en cuestión. Diciembre es un gran momento para acercarse cariñosamente a esta persona, desearle "que en esta Navidad, etc" y, ante su respuesta (seguramente cariñosa también) recordarle su deuda. No hace falta ser muy incisivo cuando es uno el que está en regla. "¿Pudiste terminar el libro?", "¿Ya conseguiste un celular liberado?" funcionaría muy bien para que el otro se sienta realmente mal y salde el problema.

Dejar morir relaciones agonizantes. Hay amistades que realmente uno ya quiere dejar de tener. Ese pibe de la infancia que será muy buena persona pero ya no tienen nada en común más que los 73 amigos en Facebook y los saludos anuales de cumpleaños, probablemente ya no tenga nada que hacer en tu vida. Olvidar saludarlo para las fiestas, evitar cualquier tipo de contacto, puede ser una manera muy educada de decir: "Ok, Jorge, ya fue. Te deseo que vivas muchos años y seas feliz (ponele) pero ya no estaría interesado en seguir intercambiando palabras de cortesía".Todos sabemos que acabar con ellas haría del mundo un lugar indudablemente mejor. Win-win.

Así es, muchachos. Las fiestas nos ponen frente a situaciones que probablemente deseemos evitar y para compensar no sólo basta con emborracharse y comer hasta morir. Es hora de empezar a aprovecharlas en serio.

En fin, felices fiestas. Para algunos.