lunes, 18 de octubre de 2010

Cosas por las que -de vez en cuando- no me siento mujer

Instantáneamente después de explicarle a mi profesor de música qué era 'la promoción' y lo que significaba que River fuera uno de los candidatos a jugarla, me empecé a dar cuenta de que esa situación no era normal. Aún más extraño que pensar que nadie (¡nadie!) a lo largo de sus 40 años se lo había explicado, era caer en la cuenta de que había sido yo (¡yo!) la encargada de desasnarlo. Si bien sé lo que es un off side, es claro que ni un miope de lejos me confundiría con una de esas mujeres futboleras (sobre todo porque las futboleras son unas enfermas).

¿Qué me pasa? ¿Acaso estoy renegando de mi sexo?, me preocupé. Me puse a pensar, y encontré varios ejemplos de situaciones en las que -a veces- no me siento parte del género femenino.

Para que se den una idea:
-Los shoppings me dan dolor de cabeza (y no es una metáfora).
-Me aburre hablar de moda más de 5 minutos seguidos.
-Me río con Zambayonny.
-No uso productos para restaurar ni proteger el pelo.
-Tampoco uso cremas para el cuerpo.
-Gasto más plata en recitales que en ropa.
-Me compro aros y después me olvido de usarlos.
-Controlo el promedio de ALL BOYS en la tabla (al día de la fecha estamos arriba de Independiente)
-Me enerva la serie Sex and the City, como nada en el mundo.

Podría seguir citando, pero me da miedo quedarme sin amigas.

Sí, ya sé. Seguro que alguno me va a decir que diferenciarse no está mal. Que una no se constituye como mujer solamente por ciertos gustos en común, que también existen mujeres distintas que hasta cambiaron el mundo sin calzarse nunca un jean de marca. O algún otro consuelo pelotudo (sin ofender).

Pero no. No me convence. No sé si lentamente me estoy desidentificando con esta condición que dos X hace veintiún años definieron, o si es una forma inconsciente de rechazar la posibilidad de convertirme en una víctima del boludismo femenino (que hoy en día, ustedes saben, es moneda corriente). O si quizás pronto me diagnostiquen alguna patología, algo así como el Síndrome "anti-miércoles mujer", ¿quién sabe?

Lo único verdaderamente claro y definitivo, es que aunque lo intente, jamás podré celebrar la cultura Cosmopólitan que detentan con orgullo ciertas mujeres, y mucho menos, leer algún artículo de esta revista sin sentir la irrefrenable necesidad de desentenderme por siempre del género al que, sin previa consulta popular ni plebiscito, pertenezco y perteneceré ad infinitum.

He dicho. Ahora, contradiganmé (si pueden).

4 comentarios:

  1. Odio que escribas tan bien. Listo, lo dije.

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  2. Si es por estas cosas, somos dos machonas!!

    Pero no subestimemos así al género femenino...

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  3. Sardina, si llegas a decirme que te gustan las artes marciales te convertis inmediatamente en mi mujer ideal.

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  4. jajajajajaja
    Me hacés reir. Leo estas cosas y digo: esta piba es muy graciosa.
    Es bueno que no te sientas "re carrie" o seas "muy miranda" Gracias a la vida hay gente normal con la cual se puede pasar el rato hablando y no escuchando solamente. Igual esto es prejuicio...del positivo, de ese pre-jucio de "esta piba me va a caer bien".
    Los shoppings son odiosos pero el cinema Devoto es lo mas!
    Ir al abasto en epocas de BAFICI de es de careta..lo dije.
    les dejo un pico en el ego para los que lean esto!

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