sábado, 1 de octubre de 2011

Yo no quiero volverme tan nerd

Hoy llegué a la conclusión de que nunca voy a dejar de ser una ladri.

Los extremos:

Sardina: Llega a la facultad a los pedos, sobre la hora, de malhumor, con cuatro horas de sueño encima y deseando estar muerta o, al menos, de vacaciones... Se sienta (se desploma) en la primera silla que encuentra, al lado de un masculino (¿masculino?).

Masculino (sí, masculino):  Jean, bucito, pelo corto, rulos. Nada, hasta ahí un pibe normal, de unos veintitantos. Muy tranquilo, el flaco, sentadito y leyendo un libro, como si hubiera llegado antes exclusivamente para hacer eso y burlarse de todos los demás infelices que andamos a contrarreloj reproduciendo nuestras propias condiciones de existencia con la esperanza de sobrevivir en el intento.

Sardina: no puede ser tan chusma. ¡No puede! Y, encima, poco disimulada. Pero no le importa. Mira más que de reojo el libro para descifrar cuál es. No tarda mucho en descubrir que se trata de 6,7,8, la creación de otra realidad, de Pablo Alabarces, titular de cátedra de una de las materias de la carrera. Dato no menor: el libro no sólo está subrayado sino que hasta tiene pegados separadorcitos de distintos colores en el interior. Extrañada, a los pocos segundos lo increpa.

Sardina: "Che, (ni 'disculpá, ni 'hola', ni un carajo. 'Che'), ¿tenés que leer ese libro para alguna materia?
Masculino: "No... pero como voy a rendir el final de Cultura Popular ahora (la asignatura que imparte el autor del libro) quería leer su libro para tener una idea... (disminuye el tono de voz hasta que sus palabras son inaudibles)"
Sardina:  "Ah.... ok".

Fin de la conversación.


Sardina tiene miedo. Pensar que está al lado de un tipo que se puso a leer y subrayar un libro externo a la materia que nada tiene que ver con el programa, sólo para enfrentarse al examen final y tener más ¿background? a la hora de responder las preguntas, la aterra.
Corre el banco disimuladamente por miedo a que la nerditud sea contagiosa y piensa.
Piensa que bajo ningún punto de vista podría tener una actitud parecida, jamás. Piensa que definitivamente no ha nacido para la vida académica y que no puede hacer nada contra ello. Pero ojo, tampoco le preocupa. Ella sabe que está hecha para otra cosa. Que la lectura es una actividad demasiado pasiva, demasiado cómoda. O dicho de otro modo: que nunca podrá dejar de ser una ladri.

No importa. Sus argumentos momentáneamente la convencen, y de un momento a otro siente unas ganas irrefrenables de decirle:

Che, flaco... ¡hay que estar al pedo!... ¡¿por qué no te abrís un blog?!

8 comentarios:

  1. No me digas que en ese momento no extrañabas hacer un PACTO? (no) jajaja

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  2. Los intelectuales a veces sentimos que no nos comprenden

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  3. Si hermosa, te esperan grandes cosas...

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  4. El Perro Sabio Desde El Exilio.02 octubre, 2011 14:54

    Yo reivindico ser un nerd total, tengo un morral de Evangeelion y por las noches me copo con diversos juegos en la compu. Eso es ser nerd, leerte un libro solo para que el titular de la cátedra te mire bien, es... bastante chupamedias y bien berreta

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  5. concuerdo totalmente con perro sabio! aguanten los NERDS y no los CHUPACULOS!

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  6. mmmmm Dejemos algo en claro: Tener un morral de Evangelion y tener mas de 14 años habla bastante mal de la persona que lo posee.
    Jugar a los jueguitos a la noche es más "normal" de lo que pensás y no.. no es de nerd. Más bien lo contrario.
    Nerd es alguien que estudia, que se preocupa por que todos noten que él estudia. Eso es un NERD y me caen tan mal como los que tienen un morral de Evangelion, más de 14 años y lo gritan a los cuatros vientos.

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  7. El Perro Sabio Gruñendo18 octubre, 2011 17:42

    Bueno, cuando quieras lo arreglamos en la esquina, porque seré muy nerd pero me la banco perejíl.

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  8. jajajajajajajaj Cuando quieras! Hacemos un partido virtual al PES o nos debatimos a duelo de Tetris... y si no.. penales. Así es como los hombres dirimimos nuestros pleitos.

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