miércoles, 16 de diciembre de 2009

Tensiones en la vida cotidiana

Escena: Cybercafé, 16 hs.

Tres computadoras en línea, yo sentada en una de ellas. En el medio un hombre de 30 años, en el otro extremo, dos adolescentes.

Todo marchaba bien, hasta que de repente el hombre (que de ahora en adelante llamaré T) rompe el silencio y le dice a una de las chicas (que será B):

T: Disculpame, ¿te puedo hacer una pregunta?
B: Sí... (tímidamente)
T: ¿Por qué estás dele mirar mi computadora?
B: No... estoy mirando el reloj... (casi no se le escucha la voz)
T: No te hagas la boluda, ¿te pensás que yo nací ayer?
B: (Se queda callada, parece tan asustada como yo)

Mucha tensión en el ambiente. Todos comenzamos a sospechar de todos. Yo del hombre, el hombre de la pibita, la pibita tal vez de mí.

Nada era lo que parecía en ese lugar.

De pronto una inusual curiosidad se apoderó de mí. Iba a arriesgar mi vida, pero necesitaba saber qué estaba mirando T, cuya sola presencia ya me producía terror.

Tenía miedo. Si me pescaba me iba a comer el papelón de mi vida. "Vos ya no sos una adolescente", me decía. Pero me era inevitable. Tenía que saber qué ocultaba T.

Después de varios intentos y procurando no quedarme bizca, sorprendida por fin lo logré: al final, tan solo estaba... ah, no, ahora no les digo ni en pedo!

3 comentarios:

  1. jajajajajaajajajaj te amooo por q a vos sola te pasan esas cosas y me encanta!
    quiero verte y que hagamos algo asi me pasa algo gracioso como la vez de la casa de salta, q ultimamente me viene muy seguido ese recuerdo a la mente!

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  2. todos queremos seguirte por 24 días, sil...
    date cuenta :P



    ojo...
    yo hubiera pensado y hecho lo mismo que vos :P


    -
    todavía no me llamó el marroqui! :P

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  3. jajjajajaaa

    por eso yo voy a los cybers con cabinitas individuales (?)

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