martes, 29 de septiembre de 2009

a-tempo

Fue un momento que el tiempo no pudo medir.
Ni siquiera la lógica intentó explicar.
Fue un arrebato a la cordura, un instante disfrazado de paz.

Éramos dos y con eso bastaba.
Éramos dos y dudábamos de que fuera real.

Nunca entendimos bien qué fue, nunca supimos a quién culpar.

Me conformo con creer que no era más que la vida, cruzando en rojo y con las zapatillas embarradas de felicidad.

3 comentarios:

  1. voy a ser tu fan numero uno! sabelo!
    me encanta como escribis, y me encanta conocerte y poder entender y sentir lo que decis!

    te adoro amiga!

    ResponderEliminar
  2. Mariposas blancas

    Miles de mariposas blancas
    han pasado entre nosotros
    y el oscuro monte
    que contemplábamos en silencio
    Llenaron el aire de polen
    hicieron más sutil el mundo
    y alborotaron todos nuestros recuerdos
    Por un momento
    apagaron el cercano rumor del mar
    Tal vez puedas contarlas
    y medir sus horas
    o descubir sus nidos

    Lo que no podrás explicar nunca
    es que las hayamos visto.

    ¡No sé quién es el autor y no sé cómo la encontré en Internet!

    Pero desde que la leí (hace, mínimo, 7 años), nunca la olvidé.

    Supongo que tiene que ver con lo que contás! Y qué cagada, no? que no podamos culpar a nadie...

    Te quiero hermana!

    ResponderEliminar