Fue un momento que el tiempo no pudo medir.
Ni siquiera la lógica intentó explicar.
Fue un arrebato a la cordura, un instante disfrazado de paz.
Éramos dos y con eso bastaba.
Éramos dos y dudábamos de que fuera real.
Nunca entendimos bien qué fue, nunca supimos a quién culpar.
Me conformo con creer que no era más que la vida, cruzando en rojo y con las zapatillas embarradas de felicidad.
voy a ser tu fan numero uno! sabelo!
ResponderEliminarme encanta como escribis, y me encanta conocerte y poder entender y sentir lo que decis!
te adoro amiga!
Mariposas blancas
ResponderEliminarMiles de mariposas blancas
han pasado entre nosotros
y el oscuro monte
que contemplábamos en silencio
Llenaron el aire de polen
hicieron más sutil el mundo
y alborotaron todos nuestros recuerdos
Por un momento
apagaron el cercano rumor del mar
Tal vez puedas contarlas
y medir sus horas
o descubir sus nidos
Lo que no podrás explicar nunca
es que las hayamos visto.
¡No sé quién es el autor y no sé cómo la encontré en Internet!
Pero desde que la leí (hace, mínimo, 7 años), nunca la olvidé.
Supongo que tiene que ver con lo que contás! Y qué cagada, no? que no podamos culpar a nadie...
Te quiero hermana!
¡Pero qué linda gente me rodea!
ResponderEliminar