sábado, 7 de julio de 2012

Puta sí, puta no

Posta, de verdad. Miren que me esfuerzo. Pero me resulta imposible, totalmente irrealizable, entender la lógica en torno a la moral y las buenas costumbres que rige en los medios de comunicación. Especialmente, en la TV.

Es que claro: cuando uno mira los realities shows, a simple vista, pareciera que todo está bien. Que vale todo. Digo, sin ir más lejos, en Bailando por un Sueño (sí, ya sé que estoy repetitiva pero es un programa muy interesante para analizar) las mujeres exponen sus agraciados cuerpos y se enorgullecen de llevarlos más que de cualquier otra cosa que puedan hacer. Medio que no importa mucho el puntaje si yo tengo mejor lomo que la de al lado. Y Marcelo Tinelli, el dueño del circo, a pesar de tener nueva novia, trata a todas como si se las quisiera levantar. Las abraza, las besa, las toca y ellas se dejan. Ninguna nunca, por lo menos hasta ahora, se le resistió. Acceden, sin más, como si fuera normal. Además, no sólo actúan así, sino que tienen que ser así: el jurado de este certamen les vive pidiendo que sean más "perras", que bailen con "más sensualidad" y con "menos ropa". El look y la actitud "puta" está legitimado y es gratificado y retribuido por todos: desde el director hasta la audiencia.

El otro día escuchaba de paso alguno de esos programas en los que se ponen a opinar del resto de la farándula y en ese intento hacen gala de su facilidad para juzgar, criticar y condenar sin conocer. En esta ocasión, el tema de discusión era si Rocío Marengo era "gato". Una mina del ambiente aseguraba que sí: "Es gato. Que no mienta más, lo sabe todo el mundo". A su vez, en otro programa, creo que era Toti Pasman el que decía: "Bueno, si en la primera cita tuvo sexo en un auto, que se la banque", en relación a una de las chicas de Tinelli (no sé cuál) que presuntamente se había acostado con alguien en la primera cita y que, además, lo había hecho en un auto (!?) y por eso era terriblemente descalificada por todo el panel de un programa de estos que inventan escándalos.

Yo entiendo que de algún lado tienen que sacar el kilombo. Lo que no entiendo son las temáticas. Ya sé que esto pasa y no es nuevo pero al verlo tan evidente, no puedo hacer otra cosa más que denunciarlo: resulta ser que ni las vedettes, las que supuestamente más "libremente" deben vivir su sexualidad, a las que se le pide continuamente que simulen ser putas, que se dejen manosear por Tinelli o quien fuera, que se maten en el gimnasio para lucir cada vez menos ropa frente a la pantalla... ni ellas zafan de la mirada de la moral burguesa. Ok, podés ser una puta en la tele, pero no en tu vida privada. Eso no te lo permitimos. No está aceptado y por ello serás cruelmente sentenciada y estigmatizada como la "trola" del Bailando o de lo que fuera. La moral y las buenas costumbres están tan arraigadas en la sociedad que ni siquiera el propio ambiente artístico se banca el quiebre.

Es esta especie de doble moral que se refleja en la televisión y que existe en la cotidianidad la que me parece que hay que analizar. Este doble discurso que, por un lado legitima la exacerbación constante de la sexualidad y la presentación casi pornográfica de los cuerpos (todo desde una mirada profundamente machista) y, por el otro, condena esas mismas prácticas que no condicen con los valores morales inscriptos en la sociedad cuando se dan fuera del show televisivo.

Pero bueno. Es tan curioso como predecible. La misma moral que se duplica en la tele es la que funciona constantemente en la vida real: una que públicamente todos juramos cumplir y de la que nos valemos para evaluar la vida del resto de la humanidad pero que todos (todos) rompemos en la intimidad.

4 comentarios:

  1. Sil, no es un doble moral, son dos caras de la misma moneda, pero no son cosas contradictorias, digamos que hay muchos factores que juegan en esto, como el "tener que sacar tema", lo cual responde al rating, a lo que mide audiencia, a vender más publicidad al aire, esas son competencias sucias y decadentes entre los programas, lo que por su parte es correspondido por el morbo y cholulaje de la gente que compra, que aparentemente, es mucha. El tema se encuentra: vende mostrar culos, tetas, bueno, eso es desde los dinosaurios más o menos y está comprobado que garpa, entonces, hay que mostrar más culos, le sirve a la pantalla y los que hacen la pantalla. Después, en cuanto a la conducta y la mujer, lo que se expresa es más de lo mismo, parte del morbo puede alimentarse del juego entre la santa y la puta, si la mujer es además puta afuera de la pantalla, eso va a vender, sino, no interesa: no se censura eso, se lo usa para vender, y no se meten con todas, sino con las que se prestan al juego. Los valores que se ejercen en ese despliegue mercenario, son valores de mierda, sí, pero no son contradictorios en sí mismos. Responden a eso, intereses monetarios, y punto. Lo que haga quilombo se puede vender, mientras así sea, que vaya al mostrador y que se venda. Si son culos, que así sea, si son peleas, adelante, si tal es puta fuera de cámara, mejor, hagámosla mierda. También da cuentas de la facilidad con la que cualquiera puede ser abordado por esa lógica y el discurso se hace extensible y practicable a todos los que entren en ese juego. Por otro lado, no necesariamente hay una legitimación/condena contradictoria, porque cuando se exige algo de alguien se está pidiendo que no se haga alguna otra cosa. Se distingue (y así se indica) una conducta y un ámbito para donde x conducta vale mientras no se ejerza esa práctica u otra similar en otro ámbito, donde no valen. En la vida real eso se expresa en formas y temáticas muy amplias, en la pantalla no podemos hablar claramente de eso porque los conflictos están armados y porque se censura, se juzga y se premia según el rating, según el favorito, en fin, lo que sí es malo, es cómo resultan esos programas en una vidriera con mucha audiencia y que recibe esos valores chotos, mercenarios y competitivos y pueden después exacerbar sus propias conductas en función a cómo incorporan esas mierdas que ven usando categorías de puta, de trola, de gato, de quién lo es más, porqué y cómo se debe comportar una mujer. Por algo creo que levantaron "bailando kids" en su momento, que era para ir a buscarlo a Tinelli y cagarlo a piñas, y más a los padres por permitir esa exposición perversa de nenes y nenas. Me preocupa más cómo esos valores se propagan a cómo funciona a nivel normativo lo que decís, no se jura cumplir por un lado y se rompe por el otro, eso mismo es cotidiano y funciona en casi todos los ámbitos: sino habría un desempeño autómata y estrictamente normativo en la performance de cada uno como actor social. Se me viene en base a lo que decís la exposición de Hanna Arendt sobre la esfera pública, la privada y la intimidad en Condición Humana, o mismo muchas discusiones que se han venido dando en la sociología desde los 50's desde distintas escuelas sobre lo que es esa aparente sujeción estructural a normas universales: no se quiebra hipócritamente en la intimidad lo que se dice en público, eso es, simplemente normal, y en la tele, hay que acordarse que está ficcionalmente exacerbado porque es al fin y al cabo, televisión.

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    1. Bueno, para contestarte tendría que escribir otro post, y no es la idea. Lo que pienso ya está escrito arriba... Todo el tema de si vende o no vende, si bien coincido bastante, me parece que no tiene mucho que ver con el objetivo del post.
      Con respecto a lo que dice Hanna Arendt, no me convence pensar que es "normal". Yo creo que hay que desnaturalizarlo y repensar qué hay atrás de esta "normalidad". Esta entrada es más bien una denuncia de este contraste, de cómo los valores sociales establecidos hace mil años y que dan forma a lo que conocemos como "civilización" (ver concepto de civilité de Erasmo de Rotterdam) persisten aún en el ámbito donde, a simple vista, habría más libertades para romperlos.

      Gracias por leer y comentar (tanto)! jajaja

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  2. como siempre sardina, tus posts me hacen muy bien leerlos y trato de compartirlos en mi muro de facebook porque dan para pensar.
    a esto que vos decis, es interesante leer a foucault en sus libros sobre la sexualidad y en su articulo "el sujeto y el poder", a traves de los cuales podemos dilucidar el discurso de poder que se cristaliza en los medios en general y mas aun en este tipo de programas como el de tinelli y satelites.
    ademas de eso, el discurso de poder nos atraviesa, como el sentido social veroniano, y funciona mas alla de nosotros mismos.
    es muy interesante pensar esto de como el cuerpo es regulado y nuestra conducta indivudual y social es esperada socialmente de determinada manera, es esto que vos decis de "podes mostrar culo y teta pero no podes chuparle la pija a tu novio" jajaja
    nos leemos!

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    1. Sí, es interesante pensarlo en relación a Foucault, cuando estaba escribiendo el post se me cruzó... pasa que el objetivo era básicamente denunciar esta contradicción. Muchas gracias por el aporte, y por compartir mis posts en tu muro!!! Muy buena onda.

      Nos leemos!!

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