domingo, 25 de marzo de 2012

No te va gustar

Juan Pérez Mañana me operan de cáncer
A 18 personas les gusta esto


Tan absurdo como esto. El Facebook y su maldito carácter positivo, optimista y buena onda puede tranquilamente generar este tipo de episodios. Y lo más grave es que cada vez son más comunes.

Ok. Yo sé que no soy la persona más simpática del mundo, pero creo que es sano para todos ser un poco ortivas de vez en cuando. Particularmente, yo desconfío de la gente a la que toooodo le cae bien, que sieeeempre está de  buen humor y que no tiene nunca nada para contradecirte, básicamente porque eso es imposible. Inverosímil. Irreal. Fingido. Hipócrita. Falluto.

Sin embargo, este tipo de personalidad triunfa en los grupos sociales, siempre cae bien, es "el copado" y lo invitan a todos los cumpleaños. Ah, y no sólo te hace sentir una mierda, si no que te hace quedar como tal frente al resto, obvio. Ya sea porque es cómodo, porque es exitoso o simplemente porque es más fácil, este carácter bien-con-todos se multiplica. Y se refleja -como todo lo que existe en esta vida- en el criterio de organización del Facebook.

A esta red social la pueden acusar de entrometida, disciplinadora, controladora, menos de no ser, justamente, social, en su sentido más primario. En eso es especialmente exitosa. No sólo por haber acumulado más de 300 millones de usuarios desde su aparición hasta hoy (número que crece todos los días), sino por cuidar ciertas formas y desalentar otras. A saber:

1) A pesar de las miles de campañas organizadas por los millones de internautas para que Facebook habilite el "No me gusta" al lado del famoso pulgar para arriba, esto no sucedió. De hecho, duplicaron la apuesta e instauraron los "me gusta" en los comentarios. ¿La razón? No estoy segura, pero intuyo que tiene que ver con la peligrosa posibilidad de que una marca, un producto o una empresa reciba demasiados pulgares abajo... 

2) No sé si se fijaron, pero de un tiempo a esta parte, cuando una persona recibe una solicitud de amistad en su perfil, las opciones son, naturalemente, "Confirmar" y (la no tan esperable) "En otro momento". Otra vez, Facebook agazapa la mala onda, la posibilidad de rechazar a alguien, de eliminar la solicitud, de suprimir el contacto, y te propone repensarlo un rato: ¡no tomés decisiones apresuradas! Quizás mañana te cae mejor y lo agregás (y, obvio, la red se complejiza y todos estamos contentos).

3) Nunca es fácil abandonar algo en Facebook. Ni una conversación, ni un grupo, ni siquiera una persona. Para estas cosas no hay grandes botones. En general uno tiene que indagar bastante, recorrer con la vista todos los puntos de la página hasta encontrar la cuasi invisible opción por la cual accedemos a un "Ya no me  gusta", al "Eliminar de mis amigos", o al "Abandonar la conversación". Además, cuando uno por fin la encuentra, Facebook vuelve a preguntarnos si estamos seguros de lo que estamos por hacer... como si conseguir apretar ese botón pudiera suceder por accidente. Bajo estas circunstancias, abandonar o eliminar se vuelve, además de ingrato, tedioso. "Agregar", en cambio, suele aparecer grande, es rápido, fácil y tentador. Y nadie te repregunta un carajo. 

4) Facebook podrá ser botón, pero tiene sus límites: no te publica en la biografía a quiénes eliminaste y ni siquiera les avisa a los afectados. Ojo, tampoco lo hace con aquellas páginas de las que te desafiliaste, no sea cosa que hiera susceptibilidades o provoque algún tipo de disputa/debate a raíz de esa acción. No... en Facebook todos tiramos para el mismo lado y la diversidad de opinión es algo que nos encanta pero que mientras menos exista, mejor. 

Esto, sin reparar en lo más obvio: ni bien conectás con alguien sos "Amigo", como si la amistad estuviera realmente a un clic de distancia y uno tuviera más de cuatrocientas así como si nada. 


No sé bien cuál es la reflexión final, simplemente me resulta interesante analizar el trato que Facebook hace de las relaciones interpersonales. En algún punto, no puedo dejar de pensar que esta "positividad" en la concepción de las mismas, no se trata más que de una nueva forma (fácil, cómoda y segura)  de seguir reforzando esa enfermedad social posmoderna que nos obliga a vivir las 24 horas persiguiendo un mismo objetivo: agradar. 

O, en lenguaje 2.0... gustar.

4 comentarios:

  1. El Perro Sabio Mirando Al Horizonte26 marzo, 2012 08:05

    Lo digo y lo repito, no hay nada tan terapéutico como mandar a recagar a alguien que se lo merece.
    Al otro día te levantas sonriendo, garantizado.


    Y facebook que se cague.

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  2. Yo pensaba en los "buena onda" pero de los comentarios en blog. Son un tema interesante también.

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  3. Igualmente no se quien me rompe mas las pelotasd: las personas que siempre estan de buen humor o las que pasan meses deprimidas y nunca te tiran nada bueno.

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  4. Muy buena entrada!
    si sumamos a esto los épicos cuestionamientos sobre su dudosa política de privacidad, son más de las pálidas que de las otras.
    Fucking Zuckerberg!

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