miércoles, 7 de diciembre de 2011

Me llamo Sardina y soy adicta



En contra de todos los libros de autoayuda que aseguran que el primer paso para superar un problema es reconocerlo, desde que yo asumí que soy adicta a las promociones nada de eso ha sucedido.

Para aquellos que no lo recuerdan, les cuento que hace ya más de un año comenté que padecía de una seria patología, el llamado Síndrome 2x1, que consistía en la irrefrenable necesidad de usar descuentos en todo tiempo y lugar.

De 2010 para acá, surgió algo que destruyó mi intento por volver a ser una persona normal. Un fenómeno siniestro golpeó las puertas de mi enfermiza personalidad tendiente a aprovechar beneficios y terminó aniquilando lo poco que me quedaba de libre albedrío: Groupon. Y sus malditas ofertas diarias.

Gracias a esta nueva cadena de descuentos, en el olvido quedó esa sardina precavida y desconfiada de la 'compra intangible'. Groupon dio paso a una mucho menos perseguida a quien le importan bastante poco las preocupantes estadísticas sobre estafas en la Web.

Compra 1. Nada puede malir sal
"Pagá $25 en vez de $56 por una entrada para la película que quieras en cualquier cine Hoyts + un cucurucho de helado en Freddo"


"Para la película que quieras. Muy tentador. Encima después Freddo. Ya fue, compro", pensé. ¡ERROR! 
Van a creer que exagero, pero durante los tres meses que duraba el voucher, les juro que no pararon de estrenarse películas pedorras. Posta. Estoy segura de que si hiciera una lista de estrenos, comprobaría que de agosto a octubre salieron los peores films del año. Los peores. Finalemente, terminé yendo el sábado anterior a que venza la promoción a ver una argentina, obligada, sólo para que no perder la plata. Pero eso no fue lo peor: cuando fui a cambiar mi cucurucho por uno de sambayón, la minita de Freddo me informó muuuuy tranquila que no contaban con ese gusto en esa sucursal. ¡¡Es ridículo!! ¿Acaso uno va a la carnicería, pide un bife y le dicen que "no lo trabajan"? Freddo sos impresentable, sabelo.

Resumiendo: terminé viendo una película a la fuerza y tomando un helado que tampoco hubiera elegido. Anoten: los imponderables te pueden cagar la noche. 

Compra 2. Pura espuma
"$40 en vez de $80 por un batidor para capuccino Coffee Maker en Moderno Bazar"

Bueno, ok. Acá me fui a la mierda. Pero lo vi y me conquistó la idea de poder tomarme un café con leche con espuma todos los días y sin pagar una fortuna... Algo que nunca sucedió porque el lugar donde tenía que canjearlo quedaba, básicamente, en la loma del orto, una cuestión sobre la que yo advertí tarde, después de caer en la trampa de la compra fácil, rápida y segura y que me hizo postergar su búsqueda por, por lo menos, un mes. Cuando encuentro un momento para ir, el voucher había vencido y yo había perdido $40 (y toda la dignidad). Otra vez a tomar mate. Gracias, Groupon. 

Compra 3. Romi siempre estuvo cerca
"Pagá $30 en vez de $137 por lavado + corte + brushing en Romi Estilista"

Punto uno: lavado + corte + brushing nunca jamás sale $137 en Romi Estilista, Sardina, por favor, OPEN YOUR EYES. Pero bueno, era en Villa del Parque. "Joooooya, me queda cerca", dije. "Cerca". Cerca siempre y cuando uno tenga cómo trasladarse. La verdad que nunca sospeché que desde mi casa no habría ningún bondi directo hasta allí. En este caso, no sólo colgué y fui el último día antes de que venciera, a la fuerza, sin dormir y pensando en que, al final, a mí me gustaba la idea de dejarme el pelo largo, sino que tuve que tomarme un colectivo y un taxi, abonando una suma total de 25 pesos en transporte. Una genia.

Es suficiente. Voy a dejar de denigrarme porque finalmente van a creer que soy una idiota. Pero no. Detrás de esta pelotuda sepan que hay todo un sistema capitalista que la genera, la sostiene y la reproduce. 

Y TÚ puedes ser su próxima víctima.

6 comentarios:

  1. Me matás Sardina, me matas.
    asesinatos al margen, concuerdo, hay una histeria de comprar lo que sea porque está de oferta que puede resultar muy peligrosa, no solo por el batidor de capuchino sino por la otra batería de ganzadas que estan en la vidriera.
    De pura calentura el mes pasado me compré una ducha de mano que día a díaa me mira desde un rincón del baño, esperando que la instale...

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  2. Jajajaja, tal cual. Nos terminan complicando la vida. Gracias por pasar! Pero la próxima dejá el nombre, apellido y colegio (?). Bueno, no, ok, sólo el nombre! jaja

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  3. El que posteó antes fue El Perro Sabio, pero en su euforia catártica posteadora se olvidó de poner su nombre.

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  4. Siempre junto a usted al pié del cañón Sil.

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  5. A mi me pasa lo mismo, pero en mi laburo. Generalmente a mi jefe le llegan boludeces como llaveros, bolsos o pelotudeces de esa índole. Siempre terminan tiradas en mi cuarto, molestando y haciendomé recordar el laburo de mierda que tengo...
    No todo lo regalado está bueno.

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