lunes, 21 de noviembre de 2011

Análisis socio-semiótico: Wachiturros en el prime-time


El sábado pasado, en medio de un zapping di con el divertidísimo programa de Nico Repetto justo cuando estaba presentando a los WA-CHI-TU-RROS. Me quedé... básicamente porque me pareció raro. Un grupo que surgió de abajo, de un barrio del conurbano, que saltó a la fama gracias a una discográfica busca-fenómenos-del-momento que los probó en Pasión de Sábado y le salió bien... ahora apareciendo en Telefé, a las 21 horas, el horario más cotizado de la TV. Como mínimo, es raro. 

Mi interés por este suceso comenzó al hacerme la siguiente pregunta: ¿qué estará tramando la cultura dominante para que los wachiturros lleguen al prime time? No es que me proponga encontrar esa respuesta en este post, pero sí quizás resaltar algunas cosas que me parecieron interesantes para poder pensar esta  especie de fenómeno cuasimístico que permite la convivencia pacífica de diferentes (y desiguales) culturas y clases en un mismo estudio de televisión.

Me basaré en la aparición de los Wachiturros en Sábado Bus y en el programa de Susana Giménez (sí, me fumé como 2 horas en YouTube de Su diciendo "Ay, me encaaaantan, los amo")

Genial. Estos chicos tienen una oportunidad en el horario central de la pantalla chica: ¡cómo hemos evolucionado! Ahora ese espacio no está destinado sólo para la alta Cultura con mayúscula sino que la sociedad amplió la mentalidad y permitió que la cultura popular sea representada 'tal como es' en los medios de comunicación... ¿no? Bueno, yo no estaría tan segura. 

Visibilidad: ¿qué ves cuando me ves?
Punto uno: considero que no es poco importante analizar cómo entran en escena y se hacen visibles los cuerpos de quienes integran la cultura popular... En el programa de Nico, cuando los wachiturros comienzan a cantar y bailar se muestran planos cortos (cercanos) de los chicos, así como también el montaje que realiza el director está centrado en ellos. Sin embargo, a medida que se van sucediendo las canciones y los minutos (tocan dos temas seguidos), los planos de los bailarines comienzan a ser más cortos en tiempo y desde más lejos. La cámara se detiene en las bailarinas del programa, en los famosos en la mesa, en el público... los wachiturros dejan de ser importantes, son una anécdota en medio de un montón de gente que sí pareciera que lo es. ¿Qué hay acá? Manejo. ¿Hasta qué punto la cultura masiva deja que la cultura popular se exprese? Hasta donde ella quiere, básicamente, porque tiene el control. Tiene el control de mostrar más o menos, de determinar las reglas del juego: el director, a través del manejo de los planos, realiza un recorte de aquello que se muestra. 

Natural: la cultura popular, si por algo se caracteriza, es por no contar con los medios para poder legitimarse. En este caso, está supeditada no sólo a los tiempos de la TV, sino también a su punto de vista (el cual nunca quiebra el conjunto de normas y valores que rigen el orden social capitalista).

¿Mezcla o diferenciación?
A través de la intervención de la cultura popular en los medios, se intenta enviar un mensaje de igualdad, de avance como sociedad, de "Ves? Todos podemos convivir en el mismo espacio, somos todos iguales" a través de distintos recursos, que, desde mi punto de vista, sólo contribuyen a evidenciar las desigualdades sociales.
Esto se denotó en varias ocasiones: 
Por un lado, en Sábado Bus, se muestra a dos de los chicos del grupo de cumbia/reggaetton enseñándole al exponente de la cultura 'de verdad', de baile clásico y de la ópera, Iñaki Urlezaga, a bailar wachiturro. Sin embargo, es este distanciamiento el que produce el efecto de fenómeno: no se muestra a la cultura popular como una cultura en sí misma, con ciertos valores, creencias, saberes, sino, simplemente como un fenómeno extraño, como algo completamente ajeno a la 'experiencia común'. 'Está todo bien', pero no nos reconocemos. Iñaki accede a aprenderse el paso, pero cuando cantan los Wachiturros, ninguna (nignuna!) de todas las celebrities famosas se para a bailar con ellos (tengamos en cuenta de que Sábado Bus es un programa en donde los invitados suelen involucrarse activamente en los shows). En este caso, las únicas que comparten el escenario son las bailarinas, pero lo hacen desde más lejos, no se integran en ningún momento a bailar con ellos. 
En el programa de Susana, funciona también un mecanismo de control de las intervenciones de los wachi: sólo uno tiene micrófono propio, y los otros se turnan. Díganme perseguida pero no me parece casual que, encima, cuando quieren hablar, el aparato no anda del todo bien. 

¿No será que invitar a los wachiturros a la TV constituye tan sólo una manera más de resaltar las diferencias en lugar de promulgar la inclusión? 

Jerarquización: somos iguales, pero tampoco la pavada
Es claro que en cuanto se lleva a un grupo de música (o cualquier expresión de la cultura) a la TV y se lo plantea como un "fenómeno", se está marcando un punto de vista. Que la cultura popular esté en los medios no garantiza que su voz no sea traicionada en el proceso de espectacularización. Y esto, se ve claramente durante toda la entrevista con Susana Giménez, pero en especial cuando entra un personaje: La Tota, interpretado no menos que por Miguel del Sel (sí, aquel comediante devenido en político PRO que no hace mucho declaró que quería arreglar cloacas para que "los negritos se bañen con agua caliente").
Cuando 'La Tota' entra en escena, el pensamiento elitista y miserabilista también lo hace. Es decir, aquel que piensa que todo aquello que hace la cultura popular es de mala calidad, pobre, inferior, simplemente porque es ella quien lo produce. Sus intervenciones van desde la discriminación física (resalta en varias oportunidades los defectos físicos de los integrantes del grupo así como también insiste en que no son 'lindos', u opina negativamente sobre su vestimenta), hasta la discriminación netamente de clase, al encasillarlos como "tontos" (en un momento lanza "Aquel es el titiritero de estos cinco tarados que bailan"). Esta jerarquización de culturas se ve muy claro cuando Del Sel, en tono irónico, afirma mirando a cámara: "Coehlo, Benedetti: no existen", dando a entender cuál de las dos es cultura de verdad y cuál sólo un mal chiste. 

Clin, caja!
Tanto en Sábado Bus como en el programa de la Su, curiosamente se menciona el mismo tema: la plata. En Sábado Bus, Nico espera a que 'Memo', el DJ de los Wachi, no esté en la mesa para lanzarle a Cacho Castaña: "Cómo deben estar facturando estos". Susana, en un acto más honesto pero menos digno, lo dice enfrente de ellos: "o sea que están facturando!", al preguntarles cuándo y dónde tocan. Para cerrar, remata el tema con el siguiente mensaje: "lo que tienen que hacer es plata, plata plata, ahorrar, ahorrar ahorrar y después temrinar (?)".

Lo que acá funciona es el cuestionamiento del ascenso social en relación a la clase popular. A ninguno de los dos se le ocurriría preguntarle a Rod Stewart si gana o no gana dinero con sus shows, ni opinar sobre qué debería hacer con él. Sin embargo, el hecho de que la clase 'inferior' tenga la posibilidad de ser dueña de sus propios medio de producción, sí o sí, genera ruido. Al margen de si los pibes ven o no ven un mango, lo curioso (y preocupante) es que este tema se traiga a escena, casi obligatoriamente. Asimismo, Cacho Castaña, al afirmar que los chicos "facturan" se propone como manager de la banda. Que la cultura popular tenga mayor nivel adquisitivo y más posibilidad de consumo es impensable para la clase dominante: resulta urgente que alguien lo administre. Por otro lado, el consejo de Susana es claro: ahorren. ¿Para qué? Para terminar, dice Su. Nada de invertir e intentar lograr una mejor calidad de vida. Simplemente asegurarse lo mínimo para sobrevivir. 

Si me explayé en estas cuestiones no fue solamente para criticar el manejo a su conveniencia que hacen los medios de comunicación de los fenómenos-del-momento para hacer rating, sino para ir un poco más allá y repensar el lugar que tiene la cultura subalterna en los medios. Decir, por ejemplo, que El Puntero REFLEJA como un espejo la realidad, no es más que caer en una falacia: la TV, como mantenedora del status quo, es quien elige cómo, cuándo, por qué y en qué contexto mostrarla. Hablar de todos los jóvenes pertenecientes a la clase popular como "wachiturros", es, primero, basarse en el recorte que hacen los medios de una expresión surgida desde lo popular, y segundo, borrar las diferencias que existen al interior de esa cultura: pensar que todos los que viven en el conurbano son iguales, son wachiturros. 

No hay mirada más elitisita que la que piensa a la cultura subalterna como una incapaz de generar su propio estilo, sépanlo.

10 comentarios:

  1. La TV tiene la dinámica del Circo. Y en este caso los wachiturros juegan el rol de los monos. Son parte del circo en tanto que el público y quienes dirigen el show se ríen de ellos.

    Pienso en como refuerza esta utilización de los medios la otra opción de mercado. Calle 13. Calle 13 "tiene letras" es "comprometido" hasta militante. El símbolo del bienpensamiento progre latino. La tajada de mercado que faltaba.

    Y los wachiturros que son unos pibes del conurbano y no un careta de puerto rico que firma con adidas y es número fijo en los grammy latinos, son unos mamarrarchos, unos negros, bla bla bla bla.

    Es el sistema de pinzas de la industria. Copar las dos alas del discurso mediático. Y lo popular es un chiste. Una broma, una gronchada, una grasada, o hasta bizarro. Pero jamás será cultura. No mientras no se pueda vender en palermo.

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  2. Me gustó principalmente la observación de hecha en "Clin, caja!".
    La próxima ponete a analizar la ola de comentarios en Facebook y Twitter de la gente indignada porque los Wachiturros fueron a Susana que es más divertido.

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  3. Beatriz Sarlo, un poroto.

    "Conmigo no, Sardina!"

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  4. Es lo primero que leo/veo sobre los wachiturros que va un poco más allá y me deja algo.


    Hay un error de ortografía en una frase la parte de Miguel del Sel (dice "o otro", o algo así...). Te comento porque yo suelo corregir cuando encuentro cosas así, no para centrarme en eso.

    Un saludos

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  5. Uy! Gracias Lucas!! sí, yo también soy muy hincha con las faltas de ortografía así que bárbaro. Gracias por leer y hacerlo detenidamente ;)

    Besos!

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  6. El Perro Sabio Mirando Al Horizonte22 noviembre, 2011 12:03

    Sardina no!!!!!! vos estás para mas que para el onanismo semiótico. Revolución Sardina, Revolución ¿que es esa pequeñoburguesada de andar analizando la tele? Revolución.

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  7. Ay... Perro, no entendés. No hay revolución si no sabemos qué hay que revolucionar...

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  8. El Perro Sabio Avisa23 noviembre, 2011 08:03

    Me dan muchas ganas de contestarte con una canción de Hermética, pero solo porque sos vos lo dejo pasar.

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  9. Solo voy a decir que no tolero a MIGUEL DEL SEL y que su personaje es DESASTROSO! Todo el tiempo se la pasa bardenado mal y nunca es gracioso! MIGUEL DEL SEL TIRATE UN PASO!

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  10. p.d: me encanto el analisis! cuanto facturas? jaja

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