miércoles, 28 de julio de 2010

Si Jenny puede, Nacho también

En el momento en el que una mujer embarazada decide llamar a su hijo Ignacio, sabe que todo su grupo de pertenencia (le guste o no) lo va a llamar, naturalmente, Nacho. A menos que le interponga el prefijo "Juan", el niño va a ser indefectiblemente apodado de esa manera. Sin escapatoria hasta el momento conocida, asimilará dicho sobrenombre y lo utilizará para responder a la pregunta "cómo te llamás?", en la mayoría de los casos, sin importar su procedencia.

Por eso es que sostengo tan insistentemente que Nacho, es mucho más que un simple sobrenombre amistoso. Y porque es más que un cariñoso apodo, no es justo que esté a la misma altura que un Gaby, un Seba o un Romi.

¿Qué lo diferencia del resto?

- Para decirle Nacho a alguien no hace falta tener confianza y no es necesario conocerlo en demasía o querer caer bien.
-Un Nacho nunca creerá que alguien intenta faltarle el respeto por llamarlo de ese modo, aún si se tratara de un subordinado.
- Cuando alguien se enoja con un Nacho, puede mantener el apodo para dirigirse a él, cosa que no pasa con los demás apodos, utilizados más asiduamente en momentos agradables.
- Nacho siempre es Nacho: a los 3 y a los 68 años también.

Por eso, si Freddy, Jenny y Connie ya son aceptados por el Registro Nacional de las Personas, creo de suma urgencia que el seudónimo Nacho evolucione, cambie de estatuto y se transforme en un nombre hecho y derecho, sin deberle nada a nadie.

Además de ser una medida en defensa de los derechos de los sobrenombres con deseos de independizarse, analizar sus consecuencias alienta todavía más el proyecto. A continuación especificaré sólo algunas de ellas:
1) Evitaríamos madres disconformes y decepcionadas por haber elegido un nombre que a nadie le importa
2) Evitaríamos grandes traumas de doble personalidad, ya registrados en niños Ignacios de distintas edades
3) Recuperaríamos el nombre Ignacio. Al existir por separado "Nacho", dejaría de tener sentido renombrar a un Ignacio de ese modo.
4) Sentaría precedente para cualquier otro apodo que quiera independizarse de su nombre de referencia. Hay rumores que indican que los sobrenombres Maru y Ricky estarían interesados...

Matrimonio igualitario, fútbol para todos, ley de medios... sólo falta esto y me declaro oficialista.

7 comentarios:

  1. No a lugar (?). Imaginate la cantidad de veces que tendría que aclarar que su nombre es ese y que no es un apodo! Gente que por no querer ser confianzuda le diría "buenas tardes Ignacio, como le va Ignacio".

    Además me encanta como suena "Nació Ignacio"

    :)

    ResponderEliminar
  2. Mis argumentos son mucho más consistentes :P jajaja

    ResponderEliminar
  3. No...
    pero entonces cuando tengas confianza con un Ignacio, quedaria un Igna? Nacio?...jaja
    HORRIBLE
    Apoyo el Nacho... jajaja
    Apoyo los sobrenombres establecidos para poder demostrar confianza y afecto.
    Es algo que yo nunca podre sentir.
    Porque haya confianza o no (y salvo algun que otro sobrenombre tirado de los pelos) todo el mundo me dice Sol :(

    ResponderEliminar
  4. Me siento movido por como este articulo provoca tantas reacciones. Pobre Sol, me solidarizo con vos. Nunca vas a tener apodos muy inventivos, pero yo como Nacho tampoco. Salvo otros que vienen por cosas de la vida, pero sino...minga
    Bueno, un saludo a los míos
    Un beso grande y he cumplido con mi posteo jajaj nos vemos!

    ResponderEliminar
  5. Opino que los "martin" mas conocidos como tincho estan en la misma situación. Conozco un solo Martín que es Marto.. y no Tincho...

    Un abrazo.. buenisimos tus articulos...

    otra sardina..

    ResponderEliminar
  6. Con el respeto que el artículo se merece, por su escritura agil, sagaz e inteligente, me permito concentrarme en otra cosa, en un detalle nimio, que poco tiene que ver con la polémica "Igna-sí/ Nacho-no (y/o viceversa)".

    Me detengo a pensar en los Nachos. Alguien conoce a algún "Nacho" que no sea amigable, sociable, entrador, que caiga bien?

    Todos los Nachos que conozco, inmediatamente entran en confianza y vuelven natural el sobrenombre -algo confianzudo pero- inevitable. Como si un legado de capacidad innata para los vínculos los acompañara.

    Pienso en esto, pienso en la posibilidad de que este "don" para los Ignacios/Nachos se desmorone cuando una ley impuesta por hombre separe algo que nació para ser una consecuencia de la otra.

    Me detengo en esta pavada pero no puedo evitar compartirla.

    Sardina,la felicito por este noble, grato y entrenido espacio que ha cosntuído.

    Saludos

    ResponderEliminar
  7. jajajaja es buenísimo este post! Estaría bueno que exista el nombre Nacho... siempre podría haber un nuevo apodo para los Ignacios.. jajaja Sol, yo podría inventarte un apodo: Solchus jajaja lo uso con mis amigas!

    ResponderEliminar