lunes, 25 de junio de 2012

Otra rubia tarada

9 sardinas opinaron
Si algo le faltaba a la televisión argentina para que explote en su propia contradicción era Charlotte Caniggia. ¿Cómo que quién? Si todavía no te enteraste que la hija de la insoportable y el jugador de fútbol está en Bailando por un Sueño, entonces va a ser mejor que salgas del táper que has elegido como hogar porque te vas a morir asfixiado.
Si bien Charlotte nació en Argentina, vivió toda su vida en el primer mundo, hasta que la producción de Ideas del Sur la convocó.

Esta rubia de 19 años que tiene de mami a Mariana Nannis puso un pie en el tercer mundo e inmediatamente cayó en las garras de los y las que les encanta tener a alguien de menor capacidad retórica que ellos/as enfrente para, simplemente, ridiculizarlos y, en ese acto, reivindicarse como seres con cultura general, mote que resignaron cuando decidieron abocarse a la tele y ahora con más de sesenta quieren recuperar (léase, jurado del Bailando).

La lista de ridiculizaciones que giraron en torno a Charlotte es interminable. "A ver, nena... decime, ¿vos sabés dónde queda Argentina?", preguntó Moria Casán con más que un aire de superioridad a Charlotte, quien admitió que no."¿El bife de chorizo te gusta? ¿Una mollejita?", quiso saber Tinelli y ella respondió que "sólo sushi", dejando entrever su rechazo a la comida argentina. Después le dieron a probar fernet y no le gustó: para ella su bebida preferida es el "shampéin", así que el conductor, para contrastar con la rubia, se lo tomó en menos de dos minutos y no quedaron dudas de que él, a pesar de que ahora es un empresario millonario, no abandona su origen popular y fernetero. Más tarde, Pachano también ironizó con la cantidad de zapatos que tenía y acusó a la madre de no haberla instruido como se debe. Todos ellos, claro, gente bien de barrio, ¿no? Empezando por la galera de Aníbal. 


Ok. No es que me quiera poner de su lado, la mina no me cae bien y me parece bastante pelotuda, pero así y todo, intentando dejar mis prejuicios de lado, hay algo que me da vueltas y que me parece pertinente preguntar: ¿no hay en este modo de exposición por parte de la TV, esta vez, de un sujeto perteneciente a la clase dominante, también una forma de estigmatización? Si sólo por pertenecer, reproducir y no negar poseer prácticas propias de la clase alta se lo cuestiona, se lo pone a prueba, se mide su nivel de cultura general, se lo ridiculiza... ¿no se lo está estigmatizando también? ¿Acaso a alguna otra participante le preguntan dónde queda algún país o qué opina sobre la crisis europea? Sí, del mismo modo que pasaba con los wachiturros, que eran retomados por la TV como un fenómeno, traicionando así por completo su voz... ¿no hay en este proceso de espectacularización una estereotipación del sujeto perteneciente a la cultura dominante también?


Pregunto. Es raro y hasta cuasi contradictorio pensar en el sujeto no explotado como también víctima de la manipulación televisiva y capaz me estoy mandando cualquiera. Además, la cosa se torna más rara y contradictoria cuando pensamos que se trata de la burguesía cuestionando a la propia burguesía (porque si no, que me venga a contar cuántos pares de zapatos tiene Marcelo o con cuántas pelucas cuenta Moria). 


No sé, quizás sea una vez más lo mismo: los valores morales considerados positivos por una cultura determinada interponiéndose a la hora de presentar a un individuo. "Ok, serás muy rica pero sos una burra", se lee de todo ese show pedagógico que brinda Tinelli y compañía y que logra posicionarla como una más del estereotipo y encasillarla en el imaginario social que existe en torno a la rubia, tarada, concheta y poco talentosa. Pero así funciona también: despegarse de las prácticas de la cultura oficial es imprescindible si se quiere generar identificación con la audiencia (en su mayoría de clase media) y garantizar un contacto exitoso: "Mirá, Marcelo toma fernet, es como nosotros..."

Pero qué más da. ¿A quién le importa todo esto? Si al Trece todo ese derroche pedagógico, toda esa valoración (o subvaloración) a partir de sus conocimientos y posterior ridiculización de la extranjerita tonta "le rinde", no hay por qué detenerse a pensar en estos temas. Si tiene que ser rubia y tarada que sea. Total, cuarenta y tres puntos de rating no pueden estar equivocados.

jueves, 7 de junio de 2012

Un día periodista

2 sardinas opinaron

"Es necesario resistir a esas fuerzas que nos obligan a 
hablar cuando no tenemos nada que decir"


Feliz día.