viernes, 25 de junio de 2010

Síndrome WAKA WAKA

10 sardinas opinaron
Desde el 11 de Junio me atacó esta especie de enfermedad mundialística que ya se ha manifestado de las formas más extrañas. A continuación, una selección: (Ja! "Selección")

1) Permanecer completamente insomne hasta las 3 de la mañana, sólo por no poder dejar de repetir mentalmente "que viene y que va, que viene y que va, que viene y que va", por supuesto en la voz de David Bisbal.

2) No poder parar de hacer pésimos chistes mundialistas, no importa el contexto. Ejemplo.
Facultad:
Profesor: "La Semiosis Social, como dice Verón..."
Yo: ¿La Bruja?
Profesor: "Bueno, como decía es un.. un..."
Yo: ¿Qué dijo del Kun?
Compañero: "Sí, capaz le podemos decir a Fernando.."
Yo: ¿Niembro?

3) Realmente molestarme cuando no puedo mirar algún encuentro importante entre otros países, y sentir una profunda frustración cuando me entero que fue "un partidazo".

4) Leer cualquier nota/reportaje/biografía que llegue a mis manos, sobre cualquier jugador de la Selección y sentirme desmedidamente identificada con él. Más tarde, comentar con mis amigos lo "buen pibe que es Messi", creyendo contar con los fundamentos suficientes.

5) Sentir violencia por quienes no están informados sobre las novedades más básicas del Torneo y directamente odiar a quienes no están interesados, ni siquiera, en los partidos que juega Argentina. Tildarlos de desapasionados y reformar mi opinión sobre ellos.

6) Desde el último partido, olvidar por completo los tres penales errados por Palermo en la Selección.

7) No sentir ganas de suicidarme al levantarme a las 8.30 de la mañana.

8) Hinchar por el país más débil, independientemente de tener serias dudas sobre su locación en el planisferio.

9) Abandonar la mirada problematizadora de las cosas, y nunca pensar al Mundial como una forma más de reproducción del capitalismo. Deshacerme rápidamente de esa idea en caso de que empiece a ganar lugar.

10) Hablar como una reverenda enferma del fútbol. Usar más de lo común los términos "off side", "tirar un centro", "dejar picando", entre otros, y reirme por dentro en el mismo momento.

Pregunté y me dijeron que no hay ninguna pastilla que contrarreste estos efectos. Suponen que para el 15 de Julio voy a estar mejor...y si no es el 15, pega en el palo.

jueves, 24 de junio de 2010

Todo lo bueno vuelve...

1 sardinas opinaron
sobre todo, en el día de tu cumpleaños

:D

Feliz cumpleaños a mí.
Muchas gracias a ustedes.

miércoles, 23 de junio de 2010

Pequeña confusión

1 sardinas opinaron
A unas horas de pisar un año más, la vida me pone frente a situaciones que me recuerdan que todavía soy pequeña:

Av. Rivadavia. Colectivo 113. Me planto en la parada. Espero 5, 10, 15 minutos.
Viene el bondi.

Yo: "Hola, vas hasta Agronomía, no?"
Colectivero: "No, linda, de la vereda de enfrente"
Yo: "¡Uy!"
Y me bajo corriendo.

Les juro que hacía rato que no me sentía tan de 10 años.

¿Será que tiene proteínas?

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Mi sobrino de 2 años y medio se sabe de memoria el jingle de la publicidad de Sancor y advierte a toda la familia sobre su presencia cuando aparece en la tele.

¿Qué tiene Sancor Bebé 3?

¡Una legión de expertos en marketing!

No te creo nada más

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Tíldenme de prejuiciosa, facha o retrógrada. Pero en el mismo momento en el que al profesor de Historia le suena el celular al ritmo de "Hago este llamado, para que tú vuelvas...", en ese preciso instante, ya le perdí el respeto.

sábado, 19 de junio de 2010

I de imantados

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Jueves. El día más odiado por Inés. Desde siempre detestó que le mientan, y los jueves funcionaban como una ilusión del fin de semana. Abril. Ya se puede ver la alfombra amarilla cubriendo las calles de la ciudad. Gustavo harto de las incesantes injusticias de la vida, emprende el camino de regreso y se divierte pisando hojas secas y desafiando al viento, antes de que se las lleve.
En medio del ruido que hacen los pensamientos cuando se los intenta desterrar de la mente, Gustavo piensa en Inés. Un zumbido. Cae en la cuenta que desde hace varios días ese mosquito se asoma interrumpiendo diferentes momentos del día y se pregunta si será siempre el mismo autor, el que compone ese sonido intermitente, casi como la luz del faro. Con esa observación, continúa su viaje, preparando mentalmente la clase de mañana.
Inés sale de la facultad como muchas otras veces, quejándose por algo. Esta vez, la profesora de Literatura no había ido, y ella, estrenando el primer año de la carrera, todavía no se acostumbra a conformarse con la frase “la UBA es así” y suelta un “es indignante”, desde lo más profundo de su ser.
Con la intención de querer distraerse, repara en la última frase, y se da cuenta cuánto le gustan las palabras que empiezan con ‘i’. Cree que podría describir cualquier sentimiento con alguna de ellas. Así se pasa varias cuadras, intentando confirmar su hipótesis.
-“Intolerable, inefable, increíble, insólito, incomprensible, i..”
-“Inexplicable, es la tercera vez que te invoco con un pensamiento esta semana”, dice asombrado Gustavo, cuando la ve pasar con la cabeza gacha. Inés levanta la vista. No entiende si es una broma del destino o simplemente las coincidencias existen.
-“Profe”, lo interpela, completamente paralizada. Nunca le fue difícil encontrar algo para decir en este tipo de situaciones, pero su mirada, desde el primer día la intimida.
- “Inés, ya te dije que no me digas así, afuera del aula no existen ese tipo de jerarquías.”
-“¡Perdón! Prometo omitirlo la próxima vez”, aseguró ella, al mismo tiempo que se preguntaba cuán peligroso podía ser dejar de llamarlo así.
Algo empieza a vibrar, es el celular de Gustavo, quien lo nota después de que Inés amague un ademán con la mano. Contesta y al instante, se le transforma la cara. Parece un niño, a punto de ser descubierto haciendo algo incorrecto. Se aleja unos metros y vuelve segundos después.
Inés evita preguntar porque sospecha saber qué pasa.
- Sabés que me resulta muy extraño esto de encontrarnos tan casualmente seguido. ¿Estaremos imantados? Digo, quizás fuerzas electromagnéticas estén jugándonos una mala pasada y no descansen hasta pegotearnos.
- Interesante. Parece que son tiranas estas leyes. Supongo que ir en su contra tendrá su precio.
Se sientan. Ella tiene sueño, y se le nota. Él le ofrece su hombro y otra vez el mismo mosquito, el mismo zumbido, pero ya no le importa. Ambos están presenciando el silencio más incómodamente hermoso de sus vidas.

viernes, 11 de junio de 2010

Nada puede malir sal...

6 sardinas opinaron
Sucesión de hechos catastróficos en menos de 3 minutos:
Dejo un pulmón corriendo el bondi, estoy a punto de tocarle la puerta y se va.
Me ubico en la parada, preparo las monedas y se me cae una en el agua sucia.
Viene el segundo colectivo, me subo y la máquina reclama que faltan 10 centavos.
Me interno en la búsqueda por los bolsillos de esa monedita, el bondi dobla, no encuentro nada de qué agarrarme y me caigo encima del pibe de atrás que me ataja como puede.

Lo más llamativo es que no me cedieron el asiento por discapacitada mental.

martes, 1 de junio de 2010

2 sardinas opinaron
¿De qué otra forma se puede amenazar que no sea de muerte? Lo interesante, lo original, sería que alguien lo amenace a uno con la inmortalidad.

J. L. Borges